El 12 de noviembre es el Día Mundial contra la Neumonía, una enfermedad que causa estragos en varias partes del mundo, sobre todo en la población infantil.
Su nivel de mortalidad es tan alto, porque en la mayoría de las ocasiones se le considera un resfriado común o en el peor de los casos, malaria, pero lo cierto es, que cuando por fin es diagnosticado de forma correcta ya es demasiado tarde.
La neumonía, también conocida como pulmonía, es una enfermedad que provoca la inflamación de los pulmones por la presencia de una infección producida por virus o bacterias.
Con los equipos adecuados, principalmente placas torácicas o radiografías se puede detectar a tiempo y detener por completo con el suministro de un antibiótico. Es más, se ha comprobado que si la enfermedad se diagnostica a tiempo, reduce su mortalidad en un 42% en los niños de 2 años o menos.
El problema con la neumonía, es que en muchos países en desarrollo no se cuenta con las políticas públicas, ni el nivel de inversión adecuado para diagnosticar y tratar la enfermedad. Es solo cuando el niño no responde al tratamiento que los médicos se dan cuenta de que están ante la presencia de la neumonía y para entonces es demasiado tarde.