Dos años y medio después han vuelto las cenas de gala al Palacio Real y, con ellas, la mejor versión de Doña Letizia, más Reina que nunca en una velada en honor al presidente de la República Italiana en la que la monarca deslumbró luciendo por segunda vez la impresionante tiara rusa, un espectacular despliegue de joyas y un diseño de alta costura con guiño a su invitado de honor con el que, sencillamente, nos dejó sin palabras.
Y es que su Majestad se ha convertido en la absoluta protagonista de la cena de gala que los Reyes ofrecieron en honor a Sergio Mattarella y a su hija Laura – que ejerce las funciones de primera dama desde el año 2015 – abriendo de nuevo el Palacio Real para un banquete de gala, algo que no veíamos desde febrero de 2019 y que todos esperábamos ansiosos; principalmente porque la etiqueta de este tiempo de actos implica diseños de gala y ver de nuevo a Doña Letizia luciendo algunas de las piezas más valiosas del joyero real. ¡Más Reina que nunca!
Consciente del significado especial de esta cena de gala – que confirma que por fin hemos recuperado la ‘normalidad’ después de la pandemia – en la que los Reyes ejercían de anfitriones por primera vez en dos años y medio, la Reina ha firmado uno de sus mejores estrenos de los últimos tiempos, un elegantísimo diseño de Giorgio Armani, un nuevo guiño a su ilustre invitado (ya que durante la recepción con honores esa misma mañana también lució moda italiana al estrenar un bolso de piel gris de la firma Furla) con el que nos dejó literalmente sin palabras.
Un impresionante modelo en color negro, con tirante ancho, escote corazón – bastante pronunciado para los que suele lucir Doña Letizia – drapeado en la cintura para marcar estratégicamente esta parte del cuerpo que la monarca potencia especialmente, y una falda con una caída que era un auténtico sueño. Un vestido con el que no nos cuesta imaginarnos a alguna de las celebrities más elegantes del mundo en alguna ocasión única como una gala de los Oscar (léase Penélope Cruz, por poner algún ejemplo).
Una creación con la que la Reina ha presumido de bronceado y de brazos torneados y que ha pasado ligeramente ‘desapercibida’ por lo impresionante de las joyas elegidas por Doña Letizia, capaces de eclipsar a cualquier vestido por espectacular que sea, como este diseño de alta costura de Armani que esperamos ver en más ocasiones a su Majestad.
Y es que la ocasión lo merecía y la Reina ha dado todo el protagonismo a alguna de las piezas más emblemáticas del joyero real, empezando por la impresionante tiara rusa, que recibe dicho nombre por estar inspirada en los tradicionales tocados rusos, los kokoshnik. De Cartier, está realizada en platino, diamantes y perlas en forma de lágrimas invertidas, y pertenecía a la Reina María Cristina, que su hijo Alfonso XIII regaló a la madre de Don Juan Carlos, doña María de las Mercedes, con motivo de su boda con don Juan en 1935. Una de las tiaras más impresionantes del joyero real que, hasta ahora, Doña Letizia había lucido tan solo una vez, en el año 2018, y que este martes se ha convertido en la gran protagonista de su outfit de gala.
Además, la Reina ha completado su deslumbrante look con dos de las piezas más destacadas de las ‘joyas de pasar’, el conjunto de collar y pulsera de chatones de Ansorena, y un broche de perlas y diamantes, además de su inseparable anillo dorado de Karen Hallam, que se ha convertido en el complemento imprescindible para la monarca, sea cual sea la ocasión.