El Ministerio de Educación y Formación Profesional y las comunidades autónomas harán oficial este martes en la Conferencia Sectorial de Educación, que se celebrará a las 17.00 horas, el aplazamiento un año de la nueva Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU).
El aplazamiento de la nueva prueba de acceso a la Universidad, según informaron a Europa Press fuentes del Departamento que dirige Pilar Alegría, se produce para «alcanzar el mayor consenso posible».
Tras una reunión el pasado 2 de diciembre de una comisión técnica, quince comunidades autónomas, a excepción de la Comunidad de Madrid y de Castilla y León, han solicitado que se prolongue un año el periodo de implantación del nuevo modelo. La comisión técnica no hizo oficial el aplazamiento debido a que no es un órgano decisorio, por lo que la decisión será oficial en la Conferencia Sectorial de este martes y que presidirá la ministra Alegría.
En la Conferencia Sectorial que se celebrará este martes también se tratará la propuesta sobre los criterios de distribución y el reparto del crédito resultante del Programa de Impulso de Escolarización en el Primer Ciclo de Educación Infantil con nuevas plazas de titularidad pública, prioritariamente para niños de uno y dos años para el 2022.
Asimismo, según el orden del día al que ha tenido acceso Europa Press, el Ministerio y los consejeros de Educación debatirán sobre la propuesta sobre los criterios de distribución y el reparto de los créditos gestionados por las comunidades autónomas destinados la programa de financiación de gastos de escolarización en enseñanzas no universitarias, de régimen general, de personas desplazadas desde Ucrania en el marco del conflicto armado, en el ejercicio presupuestario 2022.
ALEGRÍA CONFIRMA QUE LA NUEVA EBAU SERÁ EN 2028
La ministra de Educación y Formación Profesional confirmó que la nueva prueba se aplazará un año y será en junio de 2028, en lugar de 2027, con una prueba «equiparable» en todos las comunidades autónomas y «respetuosa» con las competencias de cada una.
Así lo manifestó en una publicación en su cuenta de Twitter, en la que ha explicado que hasta ese año las pruebas que realizarán los estudiantes serán similares a las que ya vienen haciendo y que en 2024 se irán incluyendo pruebas competenciales de manera gradual.
Además, la titular de Educación recordó que docentes y alumnos han comenzado este curso con la nueva ley educativa, por eso, ha afirmado que es «positivo» ampliar la aplicación gradual un año más. «Mejorar, modular, flexibilizar planteamientos iniciales nunca me ha parecido negativo. Creo que escuchar a los demás es clave para gestionar», destacaba la ministra.
Durante su intervención en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado el pasado 5 de diciembre, Alegría achacó el aplazamiento del nuevo modelo de la prueba a la implantación este curso de la LOMLOE y defendió el diálogo como la «herramienta esencial para poder llegar a acuerdos y consensos».
«En educación el diálogo es imprescindible, aunque a algunos esto les puede parecer irreal porque difícilmente han conjugado el verbo dialogar en su trayectoria política», señaló Alegría, en clara referencia al Partido Popular, que anunció que no participaría en más reuniones sobre la nueva EBAU con el Ministerio de Educación por descartar una prueba única para toda España.
CRÍTICAS A LA NUEVA EBAU
El aplazamiento de la nueva EBAU viene después de las críticas recibidas por parte de varias instituciones al documento inicial propuesto por Educación. En concreto, la Real Academia Española (RAE) advirtió de las «insuficiencias» que contiene la propuesta del Ministerio y compartió el «malestar» de un grupo de coordinadores de las pruebas de acceso a la universidad de varias comunidades autónomas.
En la nueva propuesta de prueba de acceso, los alumnos habrán de contestar a 25 preguntas de tipo test y no podrán sobrepasar las 150 palabras en cada uno de los textos que redacten. En este sentido, la RAE considera que «pierden el lugar preponderante que hasta hace poco tenían la reflexión y la argumentación lingüística, la capacidad para compendiar y ordenar discursos, así como la interpretación, la valoración y el análisis de los textos literarios».
Por su parte, especialistas de Lengua Castellana y Literatura en las pruebas de acceso a la Universidad de sus respectivas comunidades autónomas rechazaron la propuesta de la reforma de las pruebas avanzada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Aunque están de acuerdo en que las pruebas «necesitan una revisión profunda» y en que deben ser «más competenciales y menos memorísticas», creen que esta propuesta «esconde una reducción inadmisible de los contenidos que sustentan las competencias, especialmente en el caso de las lenguas, que se limitan a servir como mero instrumento de expresión».
En una petición publicada en Change.org, los coordinadores del examen de Lengua advierten de que el documento del Ministerio «agrupa» las pruebas de Lengua Española, Lengua Cooficial, Lengua Extranjera, Historia e Historia de la Filosofía. «El potencial atractivo de una prueba interdisciplinar, aparentemente orientada a evaluar la madurez y el juicio crítico de los estudiantes, se desvanece al analizar su estructura», dicen.
La Asociación de Escritores con la Historia también ha mostrado su rechazo a la nueva evaluación y ha advertido de que el nuevo modelo, respecto al estudio de la Literatura en Bachillerato, contribuirá a «crear españoles ignorantes de sus brillantes tradiciones literarias».
LA PROPUESTA INICIAL DE EDUCACIÓN PARA LA NUEVA EBAU
Las prioridades de la primera propuesta de Educación, que contiene menos exámenes y un ejercicio de madurez, eran «el respeto de la autonomía de las administraciones educativas y universidades y una implantación gradual, pautada, del nuevo modelo, dirigida a generar tranquilidad a la comunidad educativa». En el documento, el Ministerio aboga por que en los cursos 2023/2024, 2024/2025 y 2025/2026 se establezca un modelo en tránsito, que con el aplazamiento se retrasaría un curso. Propone que los estudiantes realicen un total de 4 ejercicios, contando cada uno de ellos un 25% de la nota.
Serán tres ejercicios de materias –uno específico sobre la materia de modalidad obligatoria de la elegida por el alumno (Matemáticas II o Latín II, por ejemplo), además de los ejercicios de las materias comunes de Historia de la Filosofía e Historia de España– y un cuarto ejercicio de carácter general, en el que «en estos tres primeros cursos se valorarán principalmente las destrezas asociadas al ámbito lingüístico, y que pretende evaluar principalmente la madurez académica del alumnado».
Ya a partir del curso 2026/2027 (del 2027/2028 si se hace oficial el aplazamiento) el citado ejercicio general de madurez supondrá un 75% de la nota, pasando a sustituir completamente a los ejercicios de las materias comunes, «puesto que se construirá sobre las competencias específicas de todas ellas». Se mantendrá el ejercicio específico de modalidad (con un peso del 25% de la nota). Por tanto, a partir de este momento, el alumnado realizará dos ejercicios: uno más globalizado y otro de materia.
En todos los casos, el ejercicio general de madurez constará de un dossier formado por una serie de documentos (textos, imágenes, infografías, gráficos, tablas, audiovisuales, etc.) que girarán en torno a un mismo tema, y en el cual se pedirá al alumnado que realice un análisis desde diferentes aspectos y perspectivas, respondiendo a diversos tipos de preguntas (cerradas, semiconstruidas y abiertas).