El sentimiento de soledad ha aumentado durante la pandemia del coronavirus para el 41% de los ancianos, según una encuesta realizada a 120 personas de todo el Estado entre los meses de junio y julio de 2020 por el Observatorio de la Soledad de la entidad Amics de la Gent Gran (Amigos de los Mayores), cuyos resultados se han publicado este miércoles.
Así lo han indicado en un acto telemático la coordinadora del Observatorio de la Soledad, Elisa Sala; la responsable de análisis e investigación del Observatorio, Regina Martínez; la investigadora en gerontología de la Universidad de Barcelona (UB), Montserrat Celdrán; y la profesora jubilada de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Clara Riba.
El informe indica también que el 7% de los encuestados nunca ha tenido un sentimiento de soledad, que para un 3% este sentimiento se ha reducido durante la pandemia, y que para el 49% su sensación de soledad no ha cambiado: «Muchos nos han dicho que no se han sentido más solos, pero sí que se han seguido sintiendo igual de solos», ha reflexionado Martínez.
«La situación antes del confinamiento ya era muy grave y mucha gente sentía ya mucha soledad», ha añadido la investigadora de la UB, que ha lamentado la vulnerabilidad de las personas mayores y la discriminación que han sufrido, y ha destacado la importancia de conocer sus miedos y preocupaciones para poder acompañarlas en los próximos meses.
En este sentido, el estudio indica que un 52% de los encuestados ha adquirido nuevos miedos durante la pandemia, especialmente el temor a salir a la calle, al comportamiento ajeno y al contagio y la muerte; que un 53% se ha sentido discriminado, y que un 52% ha tenido que cambiar sus rutinas durante el confinamiento.
PÉRDIDA DE ACTIVIDAD
El informe indica que gran parte de la soledad no deseada a raíz de la pandemia se ha dado por la pérdida de actividades y contacto social que los ancianos tenían antes de la crisis: «Dos tercios de las personas encuestadas manifiestan haber sentido que han perdido algo en su día a día», ha recordado Sala.
El estudio indica que antes del confinamiento un 72% de los ancianos encuestados iba de compras y al mercado del barrio, que un 60% realizaba actividades de ocio informal, y que un 41% realizaba actividades formales.
Al mismo tiempo, según el trabajo, la mayoría de encuestados (60%) no ha percibido ningún cambio en el apoyo social que recibía antes de la pandemia –fuera mucho o poco–, un 24% ha visto aumentar el apoyo de su entorno, y un 11% ha notado que disminuía.
En este sentido, Sala ha afirmado: «Debemos huir de la imagen de la persona mayor aislada, ya que las personas se sienten solas a pesar de tener relaciones sociales y participar activamente en nuestras comunidades».