El 50% de los mensajes en X sobre feminismo son negativos

Redacción

El 50% de los mensajes en X sobre feminismo son negativos y en los últimos tres años las consultas sobre «igualdad» y «feminismo» en internet han caído un 40% y un 50% respectivamente. Así se desprende del informe «Sin Filtro» que ha sido elaborado por la consultora Llorente y Cuenca (LLYC) en el marco del 8M.

El informe analiza cómo las redes sociales se han consolidado como una herramienta de ataque contra el discurso feminista y qué hay detrás de estas comunidades. El 98% de los perfiles antigualdad tiene, según el estudio, «una fuerte carga política y se encuentran radicalizados, lo que dificulta el diálogo».

Quienes dudan o se definen como escépticos con esta causa tienen 1,6 veces más probabilidades de caer en posturas extremistas que de abrirse a ella. Además, el estudio identifica las principales justificaciones de los contrafeministas para rechazar el movimiento –como la idea equivocada de que la causa ya ha ido demasiado lejos, o la percepción de la pérdida de privilegios entre el colectivo masculino-, así como las estrategias que emplean los diferentes grupos para defender sus ideas.

Asimismo, según el informe, el discurso antigualdad es más endogámico y prevalecen argumentos basados en la desinformación y la descalificación. Recurren a los insultos 3 veces más que bando feminista y en la mitad de todos sus mensajes siempre utilizan términos connotativos contra los que no piensan como ellos, sin aportar alternativas o propuestas.

El análisis ha revelado que uno de cada tres publicaciones contrafeministas en X a nivel global «es breve y carente de reflexión y buscan la deslegitimación a través de estereotipos». España es el país donde más se asocia la igualdad a una cuestión legal, las denuncias falsas o a una ventaja social y laboral (19% de los mensajes, 2,5 veces por encima de la media).

«El informe constata que los bandos feminista y contrafeminista están cada vez más alejados, impulsados en gran medida por la radicalización de la propia conversación, las corrientes políticas y la crisis identitaria de algunos colectivos.

Sin embargo, las cifras, según los autores del estudio, «dejan claro cómo se ha estigmatizado injustamente al bando feminista y también que la idea de que se habla demasiado igualdad es falsa». En este sentido, consideran que «la conversación se ha estancado y hay riesgo de retroceder en los avances conseguidos. El ruido y un ecosistema digital que amplifica la confrontación no nos debe hacer perder el centro del debate», ha asegurado Luisa García, CEO Global de Corporate Affairs y coordinadora del estudio.

Para realizar este informe, LLYC ha analizado la conversación en X en 12 países de Latinoamérica, Europa y EE. UU., lo que ha permitido estudiar 8,5 millones de mensajes de ambas comunidades. Además, se han contrastado los hallazgos con estudios de instituciones reconocidas y medios de comunicación que respaldan la información obtenida.

CONCLUSIONES

A tenor del análisis de los datos, el estudio concluye que en países donde el feminismo tiene mayor presencia en la agenda pública, la conversación es más diversa y moderada. En los territorios con menos debate sobre igualdad, el discurso contrafeminista es más agresivo, por ejemplo, en Brasil o España, la radicalización de la comunidad contrafeminista supera el 80%.

Asimismo, concluye el informe, el «contrafeminismo se define por ser un bando menos diverso y más radical». En países como Chile, España y EE. UU., más del 75% de los discursos antifeministas provienen de comunidades «altamente homogéneas, sin diversidad interna». Asimismo, se considera las redes sociales se han consolidado como una herramienta de ataque y en las redes sociales, el 98% de los perfiles contrafeministas ya están radicalizados.

Asimismo, se considera que la radicalización de la conversación puede estar influyendo en que los hombres jóvenes se acerquen peligrosamente hacia el bando contrafeminista y se ha contatado que el 17% de la comunidad antigualdad considera al feminismo «una amenaza para la familia y los valores tradicionales, mientras que el 15% cree que distorsiona la jerarquía que debería regir la vida de las mujeres».

Otra de las conclusiones es que las redes sociales han amplificado la «polarización de género, favoreciendo la propagación de discursos machistas, especialmente entre los jóvenes» y esa polarización ideológica varía según el contexto local, con una creciente división entre comunidades.

Se considera, asimismo, que «la presencia de figuras públicas en el debate feminista está intensificando la polarización social» y se tiene una percepción «errónea común» basada en que el feminismo otorga «ventajas injustas, como las cuotas de igualdad, interpretándolas como «trato preferencial».

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