Más de la mitad de los jóvenes españoles (52%) cree que es bastante probable que tenga que emigrar para poder trabajar en el futuro, especialmente para mejorar la calidad de vida o para encontrar trabajos mejor pagados.
Así lo concluye el informe ‘Jóvenes españoles 2021. Ser joven en tiempos de pandemia, de la Fundación SM’, donde se analiza la realidad de esta generación en España, en un contexto global marcado por las consecuencias sanitarias y socioeconómicas de la pandemia provocada por la COVID-19. Asimismo, recoge un análisis longitudinal de una experiencia de investigación de más de 30 años.
El estudio indica que el 46% de los jóvenes españoles considera que tendrán una mejor vida que la de sus padres, pero el 49% cree que tendrán muchas dificultades para trabajar en lo que les guste, para conseguir una vivienda (48%) y para formar una familia (41%).
Las opiniones más pesimistas son de los que tienen más de 20 años; de quienes tienen un mayor nivel de estudios, sobre todo entre los universitarios; en las clases medias (e incluso medias-altas) frente a quienes se encuentran en situaciones sociales más desfavorecidas, y entre quienes se encuentran buscando empleo.
Alrededor de la mitad de las y los jóvenes españoles desarrollan algún tipo de actividad laboral. Sin embargo, el informe apunta que el 71% que trabaja lo hace en empleos de baja cualificación y que el 80% de los jóvenes con estudios superiores están ocupados en empleos de baja cualificación, por lo que la formación superior no es garantía de lograr un buen empleo.
Entre el 46% y el 58% de los jóvenes españoles en edades que van de los 21 y los 29 años ha conseguido finalizar con éxito la enseñanza superior. La proporción es más alta entre las mujeres (el 38%, frente al 28 % de los hombres), pero es especialmente relevante la diferencia relativa al nivel de estudios alcanzado según la clase social: más de la mitad (52%) de los jóvenes de clase alta y media alta ha conseguido completar la formación académica superior, frente al 23% y el 20% en las clases medias-bajas y bajas, respectivamente.
Por otro lado, uno de cada tres jóvenes (30%) que ha dejado los estudios lo ha hecho por cuestiones económicas, que incluyen tanto la «necesidad de trabajar y conseguir ingresos para vivir» como la «dificultad para costear la formación», un porcentaje que se eleva al 40% en el caso de los jóvenes de clase baja.
Los datos de este último estudio de la Fundación SM señalan también que el 80% de los jóvenes considera que la protección del medioambiente debe ser una prioridad, y que su estilo de vida es importante para la conservación del planeta, aunque una cuarta parte piensa que la crisis climática es una exageración.
Finalmente, la igualdad de género es muy importante para el 90% de los jóvenes, quienes interpretan en su mayoría que la situación de las mujeres es peor que la de los hombres en lo que respecta a los salarios (45%), la presencia en puestos de toma de decisiones en el ámbito empresarial y político (43%), el reparto de tareas (42%) y responsabilidades en el hogar (40%), y el trato recibido en las redes sociales (un 42%).