Un estudio revela que seis de cada 10 profesores creen que cambiar el diseño del aula es clave para mejorar el aprendizaje. Con ello, los docentes hacen concluir a los investigadores que las necesidades de competencia y aprendizaje de los alumnos actuales no solo están obligando a reconsiderar las prácticas docentes o la inclusión de recursos digitales.
Es una de las conclusiones alcanzadas por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la Universitat de Barcelona (UB), la Universitat de Vic (UVic) y la Universidad Simón Bolívar (USB) en el que han participado 847 profesores de preescolar, primaria y secundaria de 40 centros educativos. “Asumimos que los espacios tienen que ser así sin demasiada reflexión o sin vincular aquello que estamos innovando en metodología con el lugar en el que lo vamos a poner en práctica”, señala Guillermo Bautista, miembro del grupo de investigación Smart Classroom Project de la UOC e investigador principal de este estudio.
Por eso es necesario llevar a un escenario real el llamado ‘smart learning space’, “un espacio que responde a cualquier propuesta y necesidad de aprendizaje, flexible, no zonificado, en el que prevalece el bienestar físico y psicológico como base para que la actividad de aprendizaje se plantee con un papel proactivo y autonomía por parte del alumnado”, señala Bautista.
Guillermo Bautista explica que la ciencia dice que se aprende más y mejor si los alumnos colaboran, y por lo tanto el espacio debe propiciar esta interacción, teniendo en cuenta además lo que dicen las investigaciones sobre el aprendizaje colaborativo. Si se organiza la actividad con grupos de cuatro alumnos a partir de un reto o un proyecto, lo lógico sería que el espacio permita que el grupo colabore en un espacio adecuado y también tenga cierta autonomía para usar los recursos que necesite, moverse, buscar, experimentar, auto organizarse. “Esto implica que no todos los grupos estarán haciendo lo mismo al mismo tiempo, y que no para todos serán necesarios los mismos recursos. La actividad en el aula se diversifica y el espacio tiene que responder constantemente a esta diversidad organizativa, de uso, de recursos, de movimientos”, explica.