El hombre de 63 años acusado de matar a su pareja en Calpe (Alicante) en 2019, de una puñalada en el corazón, ha negado los hechos en la última sesión del juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial por un tribunal del jurado. «Yo no he hecho nada, la quería mucho y la echo de menos todos los días cuando me levanto, llevo más de dos años así», ha sostenido el hombre en el uso de su última palabra.
Así ha asegurado que eran «felices», que se iban a casar y que no tenía ningún motivo para matar a su mujer. De la misma forma, ha señalado que no hubo ninguna discusión previa a los hechos en la vivienda y que no maltrataba a la víctima, aunque sí discutían: «Éramos antiviolencia», se ha definido.
Durante el juicio los agentes y médicos forenses ha explicado que la víctima estaba en el suelo apoyada en un lado del acusado, que se encontraba inconsciente con un cuchillo clavado en la parte izquierda del abdomen.
No obstante, el acusado, que únicamente ha contestado a las preguntas formuladas por la defensa, sí ha reconocido que salieron a cenar a un restaurante y que consumieron alcohol, pero que una vez en la vivienda ella se fue a la cama y él se quedó dormido en el sofá. Posteriormente, ha añadido, se despertó directamente en el hospital.
Sobre la relación de él con la hija de la víctima ha indicado que era «normal» y que habían hecho planes con ella y su novio durante su estancia en España. También ha negado que la fallecida tuviera problemas económicos o deudas.
Las acusaciones han mantenido la petición de 24 y 25 años para el acusado por un delito de asesinato con agravantes de parentesto y por cuestión de género. La Fiscalía ha añadido finalmente esta circunstancia, aunque sin un aumento de la pena, al considerar que las pruebas han acreditado que la víctima sufría malos tratos.
«Sólo estaban ellos, no hay signos biológicos ni pruebas de la presencia de otra persona en el momento del suceso y ha quedado probado que él intentó quitarse la vida sin éxito», ha concluido el fiscal.
Igualmente, el ministerio público sostiene que también se ha acreditado que no hubo una pelea previa ni que fuera la víctima quien atacase primero y que, aunque el acusado hubiera bebido, sus facultades estuvieran tan mermadas como para no defenderse de una posible agresión.
Tanto la acusación popular, ejercida por la Generalitat, como la particular que ejerce la hija de la víctima, se han sumado a las conclusiones del fiscal y han insistido en que se trata de un asesinato por cuestiones de género.
Por contra, la defensa ha sostenido en su intervención que todas las acusaciones se han hecho en función de «hipótesis» puesto que «nadie sabe lo que ocurrió» y ha subrayado que ni la hija ni el novio alertaron a los servicios de emergencias y llamaron al exmarido de la víctima, que reside en Bélgica.
«Existía animadversión de la hija hacia su padrastro, yo planteo que no avisaron a emergencias o directamente a la Policía al descubrir lo ocurrido porque estaban esperando a que se murieran y que pareciera una pelea entre los dos, así de claro», ha declarado la defensa.
Del mismo modo, ha criticado que se ha fundamentado la acusación hacia el hombre en base a «dimes y diretes» y la declaración de la hija que llevaba «cinco años sin hablarse con su madre». «Si los agentes han declarado que estaba muy oscuro, no entiendo cómo la hija pudo ver tan rápido lo que había pasado cuando llegó a la vivienda de madrugada», ha expuesto. También ha recordado que no existen partes de lesiones ni denuncias previas que acrediten los malos tratos.
AUTOLESIÓN
Paralelamente, los médicos forenses que atendieron tanto a la mujer fallecida como al hombre han confirmado que ambos habían consumido alcohol y que en el caso de la víctima, solo tenía una herida «profunda», «mortal» y «certera» en el corazón, sin signos de violencia ni de defensa.
Por su parte, el acusado presentaba diez heridas en la parte izquierda del abdomen y que, aunque eran importantes, no eran «vitales». Asimismo, el hombre tampoco presentaba heridas de fuerza ni de defensa. Los forenses concluyen que la principal hipótesis es que las heridas del acusado fueron por autolesión, mientras que la mujer murió «casi en el acto».