El arte es una forma de expresión que comunica, inspira y que es capaz de provocar un cambio social. Muestra de ello son las obras de Javier Badiola, un artista desconocido afincado en Madrid que realiza esculturas hechas a mano de árboles y bonsáis en cobre. Su obra procura fomentar la concienciación social y promover el respeto y el cuidado por la naturaleza.
A través de una técnica propia y patentada, el escultor español crea obras bidimensionales a partir de piezas recicladas de metales. Sus esculturas inspiradas en la naturaleza causan un impacto positivo entre quienes la contemplan, pues sus finos acabados y texturas dan como resultado una obra imponente y majestuosa que no pasa desapercibida.
La filosofía de Javier Badiola
La pasión por el arte es una cualidad innata que ha sabido desarrollar muy bien Javier Badiola. Desde muy pequeño sintió una especial afición por las obras artísticas, combinándola con otra de sus grandes pasiones, la naturaleza. Por este motivo, a lo largo de los años se ha dedicado a crear esculturas que reviven la belleza y la magia de la naturaleza.
El escultor entiende cada obra como una simbiosis entre los reinos mineral, vegetal y animal en un instante único. Su misión no es solo crear piezas bonitas y bien trabajadas, sino también aportar un grano de arena para fomentar los valores ecológicos, el respeto a la naturaleza y la protección de los bosques naturales.
Autodidacta, soñador compulsivo e incansable creatividad son algunas de las palabras que describen a Javier, un artista que actualmente se está abriendo paso en el mercado artístico español, marcando una diferencia en el sector, a través de la creación de elegantes obras que hablan por sí solas.
Su técnica se basa en el reciclaje
La pasión por recrear obras artificiales que se sientan reales ha llevado al artista a desarrollar una técnica de tallaje propia con la cual ha podido trabajar los bonsái y los árboles que realiza, cuidando al máximo los detalles.
Apoyado en el reciclaje, el escultor utiliza cobre reciclado procedente de instalaciones eléctricas para tallar sus esculturas. Posteriormente, trabaja el material en frío y comienza a darle forma a cada pieza del árbol. Sobre una base resistente realiza el montaje de la obra creando minuciosamente el tronco, luego las ramas, hasta llegar a las hojas, consiguiendo un resultado impecable y mágico. Aproximadamente 60 días es el tiempo que tarda el artista tallando cada obra, sus piezas son trabajadas sin moldes y sin instrumentos mecanizados, lo que le da mayor valor a la pieza.
Fomentando el reciclaje creativo, Javier Badiola, se ha consolidado como un artista referente que demuestra en cada obra su pasión por el mundo del arte y lo combina con la belleza natural para obtener como resultado una pieza armoniosa, digna de exposición e ideal para decorar y realzar la belleza de cualquier espacio interior.