El Atlético de Madrid visita este miércoles (21.30 horas) al Elche en la jornada 36 de LaLiga Santander con el propósito de ganar para asegurar una plaza en la próxima ‘Champions’ y no dejar los deberes europeos a medias, mientras que los ilicitanos, con un colchón de siete puntos sobre el descenso, quieren acabar de sellar una salvación ahora virtual.
El equipo de Diego Pablo Simeone vive, por fin, en un estado de tranquilidad y felicidad tras vencer (1-0) por primera vez al Real Madrid en el Wanda Metropolitano, logrando tres puntos que le acercan, y mucho, al objetivo prioritario tras una irregular temporada: entrar en puestos de Liga de Campeones por décimo año consecutivo.
Los rojiblancos son cuartos con 64 puntos, uno menos que el Sevilla y seis por encima del Real Betis, principal rival por ese cuarto puesto y al que tiene el ‘gol-average’ ganado a falta de tres jornadas, por lo que salvo hecatombe, a los colchoneros solo les falta rubricar la faena y poner su nombre a esa cuarta plaza. Aunque el primer oponente al que deberán batir es el propio conjunto rojiblanco y su irregularidad, al encadenar dos derrotas ligueras fuera de casa, aunque se enfrenta a un Elche al que ha vencido en sus últimos nueve enfrentamientos.
Parece que el técnico argentino, que volvió al esquema de cuatro defensas ante el Real Madrid, ha dado con la tecla para este crucial tramo final de la temporada. El pasado domingo se pudo ver una versión muy mejorada del Atlético, con mucho compromiso y solidaridad, por momentos con buen juego combinativo, aunque muy ‘fallón’ en los metros finales, donde le faltó claridad de cara a gol.
A pesar de tenerlo prácticamente hecho, el Atlético deberá olvidar fantasmas del pasado y las dudas porque, en cierta manera, llega al Martínez Valero sin margen de error, ya que un pinchazo volvería a atraer los malos augurios que han rodeado al equipo durante todo el curso, más cuando cerrará la temporada recibiendo al Sevilla en el Metropolitano y viajando al Reale Arena en la última jornada.
Pero los rojiblancos han sabido responder en la llamada por Simeone ‘Liga de 14 partidos’, sumando hasta 10 puntos más que el Sevilla, el Betis y la Real, rivales directos por su objetivo ‘Champions’. Desde la debacle ante el Levante en febrero, el equipo ha sumado 25 puntos de 33 posibles, una remontada en la tabla necesaria a todos los niveles.
Simeone podría repetir el 4-4-2 que utilizó frente al Real Madrid, con las bajas de Llorente, por sanción, y Joao Félix y Lemar, por lesión. Habrá que esperar para saber si el argentino se decanta por Correa o un centrocampista para ocupar la parte derecha, mientras que Luis Suárez espera su turno, con un Carrasco en modo estelar.
A UN PASO DEL OBJETIVO
A pesar del traspié y la goleada (3-0) en el Nuevo Mirandilla ante un Cádiz más necesitado, el Elche está a un paso de la meta de la permanencia. Los triunfos contra el Mallorca (3-0) y Betis (0-1), y la igualada (1-1) frente a Osasuna, han situado al equipo de Francisco muy cerca de rubricar el trabajo.
No obstante, el técnico de los franjiverdes advirtió de que el «objetivo no está conseguido» y pone el foco en un triunfo que redondearía su trabajo en un banquillo al que llegó con la difícil misión de ocupar el hueco de Fran Escribá y seguir un año más en la élite nacional.
Para lograrlo, el Elche tan solo tendrá la baja por lesión del central Gonzalo Verdú y la del ariete Ezequiel Ponce por la expulsión en Cádiz, mientras que recupera al lateral colombiano Johan Mojica y al uruguayo Lucas Olaza en defensa, y podría contar también con el delantero argentino Lucas Boyé después de varias jornadas ausente.
No obstante, parece prematuro que Boyé pudiera integrar el once inicial de un Elche que confía, apuntó Francisco, «en sus armas» -el orden, la defensa, las paradas de Badía y la verticalidad de Mojica y Fidel-, para sorprender a un Atlético que le derrotó (1-0) en la primera vuelta con un solitario gol de Correa en una mala salida de Casilla. El botín sería una permanencia, a dos jornadas del cierre del campeonato, que hace unos meses se antojaba utópica.
