El Atleti castiga al Celta (4-1)

Redacción

El Atlético de Madrid goleó este sábado al RC Celta (4-1) para lograr su primera victoria en el Cívitas Metropolitano este curso en Liga, en un partido en el que la efectividad rojiblanca marcó la diferencia y con Ivo Grbic en la portería ante la baja de última hora de Jan Oblak, mientras que el Celta se va de Madrid con la sensación de haber sufrido demasiado castigo para el juego mostrado.

Correa, De Paul, Carrasco y Núñez en propia puerta permitieron al Atlético sumar los tres puntos para sumar diez en cinco partidos para ascender a la cuarta posición de la tabla. Le salieron bien las rotaciones a Simeone, que dio descanso a Joao Félix, Giménez, Koke, entre otros. El Celta, que no gana al Atleti desde 2018, rompe su buena racha y se sitúa undécimo con siete unidades.

El encuentro comenzó con el Atlético desconectado y en el minuto 2 ya sufrió el primer aviso del Celta. Hermoso mide mal y lo aprovecha Larsen para plantarse ante Grbic en un mano a mano que no terminó de concretar, en una de las ocasiones más claras de los gallegos en la primera parte.

Continuó la intensidad alta de los de Coudet, que gozaron de otra oportunidad tras un córner que Hugo Mallo cabeceó a bocajarro cerca del área pequeña. Y de nuevo Grbic respondió de maravilla para evitar el 0-1 con una parada de reflejos, sin sentir la presión que supone siempre la figura de Oblak.

El inicio del Celta era casi inmaculado, solo con el gol como único reproche. Los rojiblancos seguían plantados con defensa de cuatro a pesar de los errores recurrentes en defensa y en el 9′ Ángel Correa tranquilizó a la parroquia colchonera con un gran gol tras una buena combinación por la parte derecha. Lemar cambió el juego de banda a banda, Molina sirvió a De Paul, que asiste al argentino, quien aprovecha de lo lindo su primera titularidad esta temporada.

El Celta no se amilanó por ese gol, todo lo contrario, y solo un minuto después Iago Aspas, que no tuvo su partido más vistoso, mandó el balón al palo con un disparo potente desde la frontal, después del enésimo error de un mal Hermoso en el inicio del duelo. Así, la efectividad y el acierto marcaban la diferencia en el partido, con un Atlético no muy brillante pero más práctico.

Todavía en la primera mitad, el Atlético continuó por delante en el marcador sin demasiados problemas, aunque con calma tensa, por el resultado tan corto. Morata, algo más apagado que de costumbre, tuvo un par de acercamientos, uno de ellos tras una bonita pared con Correa, pero no terminó de materializar sus oportunidades.

Tampoco pudo convertir ninguna de sus ocasiones antes del descanso, con Larsen y Aspas como los más activos, pero la falta de acierto mató a los gallegos, que de haber marcado alguna de sus oportunidades habría cambiado por completo el guion del partido, siempre parejo en juego y no en marcador.

Ya en el descanso, los rojiblancos solo tardaron cinco minutos en ampliar su corta ventaja y poner el 2-0. Koke, que había entrado tras el descanso, le deja el balon de cara a De Paul, que acarició el balón con suavidad y mimo con el interior para, con la fortuna de que golpea en un defensor, mandar el balón al fondo de la red. Este segundo tanto dio más seguridad y tranquilidad a los de Simeone, que ya había cambiado a defensa de tres para ajustar su zaga, algo desconectada hoy.

Por lo visto hasta ahora en el partido, era demasiado castigo para un Celta muy correcto y sin apenas errores, solo perjudicado por su falta de acierto. Morata pudo hacer el tercero tras una gran jugada en el 60′, que se va bien de Aidoo, pero luego no asiste bien y manda el balón a las manos de Marchesín.

Solo seis minutos después Carrasco siguió ahondando en la herida del Celta con el 3-0. El belga controló ya en campo gallego un balón largo de Koke y comenzó una gran galopada por la parte izquierda para penetrar en el área con mucha velocidad, recortó al defensor y fusilar a Marchesín, definiendo al palo corto con un latigazo y mucha rabia.

El Celta, ya con Solari y Veiga en el campo, siguió a lo suyo y obtuvo por fin su recompensa. El propio Veiga recibió en el área un pase de Aspas, siempre influyente, y sorprendió a Grbic para meter al Celta en el encuentro. Poco le duró a los gallegos la ilusión de remontada, porque en el minuto 83 llegaba el 4-1 con un tanto en propia meta de Núñez tras una buena jugada individual de Cunha, que entró por De Paul. El Celta tuvo la última un minuto después, pero Larsen, desesperado, no la materializó.

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