El Atlético de Madrid ha ganado este domingo por 2-5 al Real Valladolid en un partido correspondiente a la 32ª jornada de LaLiga Santander y donde los colchoneros se han relajado en la segunda mitad, llegando a sentirse agobiados por un rival sin premio a su perseverancia, sentenciado con un autogol en las postrimerías.
En el Estadio Municipal José Zorrilla, el Atlético apuraba sus opciones de acechar la segunda posición liguera, si bien el triunfo en la víspera del Real Madrid contra la UD Almería (4-2) había enfriado ese propósito. Enfrente, el Valladolid buscaba puntuar para alejarse todo lo posible de un descenso que en estas fechas del calendario ya está candente.
Y en esas dinámicas antagónicas, los pupilos de Diego Pablo Simeone empezaron con mayor acierto. Tras más de un cuarto de hora sin demasiados sustos para ambos guardametas, Josema Giménez bombeó un balón largo desde su posición en la zaga visitante para que Nahuel Molina recordase al de su mejor versión en el pasado Mundial de Catar.
Desmarcándose a la carrera por su banda derecha, Molina le ganó la espalda a sus oponentes para plantarse solo ante el portero; ‘pinchó’ la pelota con calidad y definió por debajo de Jordi Masip. Escasos minutos más tarde, Giménez pasó de asistente a goleador con un cabezazo certero adelantándose a Masip, en una falta botada por Antoine Griezmann.
El propio Griezmann regaló el 0-3 a Álvaro Morata en el minuto 38, a raíz de una pelota filtrada por alto por Rodrigo de Paul hasta la línea de fondo. El delantero francés aprovechó un mal control de Morata para devolverle a éste el esférico, remachando a placer lo que en ese momento parecía un paseo casi militar de los del ‘Cholo’ Simeone.
Sin embargo, el Valladolid revivió con el 1-3 justo antes del descanso. Fue obra del canadiense Cyle Larin, transformando un penalti que había cometido Mario Hermoso con un topetazo en la cabeza de Gonzalo Plata. Sin mostrar una excesiva labor ofensiva, de repente el conjunto local estaba aún inmerso en la pelea.
No en vano, al regreso de los vestuarios, los pupilos de Paulo Pezzolano mostraron una cara totalmente distinto y apretaron de lo lindo. Sergio Escudero fue el autor del 2-3 en el 74′, conectando un bonito testarazo a la escuadra a la salida de un córner, imparable para un Ivo Grbic que por segundo partido consecutivo sustituía a Jan Oblak.
El arquero croata tuvo un segundo tiempo bastante ajetreado, pero sus compañeros le devolvieron la calma con el 2-4 en los compases finales. Tras un forcejeo por una pelota dividida, Memphis Depay se llevó ese duelo para pasar a Ángel Correa, que en su intento de asistencia hacia atrás vio cómo Joaquín Fernández se introducía el balón en su portería.
La ‘manita’ se cerró por mediación del propio Memphis, merced a una galopada en solitario en un contragolpe. El exjugador del Barça agarró el balón en campo colchonero y en su carrera llegó hasta el área rival, favorecido por el tirón que le dio a Joaquín Fernández mientras lo perseguía. Así, Memphis regateó al central Jawad El Yamiq y marcó gol.
Ese caracoleo antes de superar a Masip dejó claro que Memphis ha regresado en buena forma de su reciente lesión, justo a tiempo para que el Atlético aproveche sus cualidades en la pelea por el subcampeonato. Ahora con 66 puntos, los del ‘Cholo’ tiene bien amarrado el tercer lugar y continúan a rebufo de un Madrid que tiene más batallas por delante.
