El FC Barcelona superó con susto y victoria el trámite ante el Celta de Vigo (3-1) después de un partido sin nada en juego, que quitó el aliento por el desmayo de Ronald Araujo durante varios minutos, y que asienta a los culés en la segunda posición de la tabla tras la jornada 36 de la Liga Santander.
El Camp Nou disfrutó más con los goles que con el partido de su equipo. Sin la tensión competitiva y con el objetivo ‘cumplido’ para ambos, el Celta ofreció más argumentos para tomar ventaja en el marcador, pero Ousmane Dembelé -especialmente inspirado- cambió el partido cuando y como quiso.
El internacional francés mandó al garete la lista de méritos olívica después de que Iago Aspas desperdiciara un mano a mano y una ocasión muy clara a los diez minutos. Los gallegos perdonaron y en la primera llegada blaugrana, gol de Memphis tras un jugado de Dembélé. El galo repitió esa jugada al menos cinco ocasiones en todo el partido y dos de ellas acabaron en la red.
Antes de que llegase el 2-0, el Celta tuvo el empate en botas de Galhardo, que se topó con un gran Ter Stegen, y solo cuatro minutos después Aubameyang aprovechó un balón sin dueño en el corazón del área para cazar el primero de su cuenta. Un gol que no hacía justicia a los vigueses, mejores en todo menos en el marcador.
En la segunda mitad sí cambiaron las tornas, Xavi metió a Riqui Puig y el Barça ganó el orden que le faltaba en el centro del campo. El duelo se reanudó como había terminado la primera mitad: arrancada de Dembélé, pase de la muerte y remate a gol. En esta ocasión fue Aubameyang, que completó su doblete en la noche mágica de su asistente.
Un total de 13 asistencias ha dado Dembélé esta temporada, el mejor activo de un Barça que recibió muchas ocasiones en el tramo final pero solo una -de Iago Aspas- acabó en gol. El resto del envite -roja a Murillo tras 14 minutos en el campo- giró en torno a la conmoción sufrida por Ronald Araujo.
El central uruguayo chocó con Gavi y -pese a poder seguir en un primer instante- terminó desmayado sobre el césped. Allí fue atendido antes de ser trasladado a un hospital para que le realicen «pruebas complementarias». El choque no daba para más. Todo el picante ya lo había puesto Dembélé y el susto, el bueno de Araujo.
Así terminó el encuentro, con un gol anulado a Puig por fuera de juego y con Aspas perdonando el segundo en su búsqueda de un nuevo trofeo Zarra. Todo estaba listo para sentencia en un Camp Nou al que ya solo le queda un partido esta temporada.