El bipartidismo se recompone y escala hasta aglutinar más del 60% de los votos

Redacción

El bipartidismo ha recuperado terreno en estas elecciones generales, llegando a concentrar el 64,73% del voto, más de la mitad de la tarta electoral, algo que no ocurría desde los comicios de 2016. En total, suman 258 escaños, 48 más de los 210 necesarios para renovar los órganos constitucionales, entre ellos el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que el próximo diciembre doblará mandato caducado.

Con el 99,69% del escrutinio completado, el partido comandado por Alberto Núñez Feijoó ha obtenido más de 8 millones de votos (33%), lo que equivale a 136 representantes en el Congreso de los Diputados. El PSOE, por su parte, ha captado más de 7,7 millones de sufragios (31,71%), esto es, 122 escaños.

Hacía siete años que PSOE y PP no conseguían convencer al menos al 50% de los votantes. Hay que remontarse al 26 de junio de 2016, cuando el Partido Popular se adjudicó 7.906.185 sufragios (33,03%), lo que le valió 137 diputados. Y el PSOE consiguió 5.424.709 papeletas (22,66%) y 85 escaños. Juntos contaron 13.330.894 votos (55,69%) y 222 asientos. Desde entonces, el bipartidismo no había hecho más que menguar.

Sin embargo, este fuerte repunte no significa que ‘populares’ y socialistas hayan recuperado la fuerza de antaño para gobernar en solitario. Desde 2011, cuando el PP de Mariano Rajoy ganó con 186 escaños, ninguno de los dos partidos ha vuelto a tener ese grado de autonomía.

Este domingo buena parte del voto ha ido para los de Santiago Abascal y Yolanda Díaz, que han logrado posicionarse como tercera y cuarta fuerza política, respectivamente. Entre Vox y SUMAR se han llevado casi un cuarto de las papeletas: el 24,7%.

Lo que PP y PSOE sí suman, sin el capote de otros partidos, es la mayoría reforzada de 210 escaños que se exige para renovar los órganos constitucionales, de cara a una legislatura en la que el CGPJ podría llevar los mismos años con el mandato vigente que expirado, una situación inédita.

El actual órgano de gobierno de los jueces comenzó su andadura el 4 de diciembre de 2013 con 20 vocales más Carlos Lesmes como su presidente. Debía haberse renovado cinco años después, pero la falta de acuerdo político entre los principales partidos lo ha impedido. Así las cosas, el 4 de diciembre de 2023 cumplirá cinco años en funciones, con tan solo 16 vocales, entre ellos su presidente interino.

Hay que retrotraerse igualmente hasta 2016 para encontrar una mayoría reforzada del bipartismo. No obstante, lo habitual ha sido que PP y PSOE, sin necesitarlo aritméticamente, acabaran abriendo la negociación a otros partidos minoritarios para que la representación en el CGPJ fuera lo más acorde posible a la del hemiciclo o para fortalecer sus alianzas parlamentarias.

LA RUPTURA DEL BIPARTIDISMO

Los resultados de este 23-J suponen una remontada desde los comicios del 20 de diciembre de 2015, cuando se rompió el bipartidismo. En esas elecciones generales, PP y PSOE sumaron 12.746.223 votos (7.215.530 los ‘populares’ y 5.530.693 los socialistas), lo que se tradujo en un total de 213 escaños en el Congreso (123 y 90, respectivamente). Entre ambos partidos fueron capaces de aglutinar el 50,73% de los votos.

Por su parte, los partidos de la denominada ‘nueva política’, Podemos y Ciudadanos captaron 6.682.623 sufragios en conjunto, o lo que es lo mismo, el 26,6% del voto emitido y 82 escaños, con un resultado parejo: 3.182.082 papeletas (12,67%) y 42 asientos, para los ‘morados’; y 3.500.541 (13,93%) y 40, para los ‘naranjas’.

Un año antes, el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, había proclamado el «asalto a los cielos» tras dar la sorpresa en las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014 al obtener cinco escaños en la Eurocámara con 1.245.948 votos (7,97%).

Aunque en 2015 PP y PSOE pudieron retener la mitad del voto en juego, la caída fue evidente respecto a los comicios nacionales del 20 de noviembre de 2011, sin Podemos ni Ciudadanos. El PP ganó con 10.866.566 votos (44,63%) y 186 escaños, mientras que el PSOE obtuvo 7.003.511 (28,76%) y 110. En suma, el bipartidismo logró 17.870.077 papeletas (73,39%) y 296, por encima de la mayoría reforzada de dos tercios, que se sitúa en 233 escaños.

El 28 de abril de 2019, ‘populares’ y socialistas ya solo juntaron 11.836.778 votos (45,38%): 189 escaños. En detalle, el PSOE anotó 7.480.755 sufragios (28,68%) y 123 escaños, mientras que el PP obtuvo 4.356.023 papeletas (16,70%) y 66 diputados.

La repetición electoral que tuvo lugar el 10 de noviembre de ese mismo año arrojó resultados similares. El PSOE contó 6.792.199 votos (27,99%) y 120 representantes en la Cámara Baja. El PP, por su parte, se apuntó 5.047.040 sufragios (20,80%) y 89 escaños. En términos globales, 11.839.239 votantes optaron por los partidos tradicionales, un 48,79% y 209 diputados.

LA ÉPOCA DORADA

El punto álgido del bipartidismo llegó con los resultados que arrojaron las elecciones generales de 2004 y 2008, en las cuales acabó gobernando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero, en ambas sin mayoría absoluta.

En las primeras, PP y PSOE sumaron 312 diputados (81,3%), pero el cénit fue en 2008, cuando coparon el 83,81% de los votos y llegaron incluso a los 323 escaños, dejando solo 27 plazas del Congreso para todas las formaciones minoritarias, que fueron clave para que Zapatero pudiera gobernar con la llamada geometría variable.

Esta es la evolución del reparto de escaños del Congreso entre el PP y el PSOE en las elecciones generales de los últimos 30 años:

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