La Guardia Civil ha desmantelado en Granada una banda albanesa-española que cultivaba marihuana a granel en un camping, donde se usaba un sistema intensivo para obtener cosechas de esta droga, que eran vendidas en su mayoría en Holanda.
Según informó este lunes el Instituto Armado, en la ‘operación Castrum’ se ha detenido a 30 personas e incautado más de 13.000 plantas de marihuana, armas, vehículos de lujos y dinero. Además, se ha bloqueado e intervenido bienes muebles e inmuebles valorados en 1.463.000 euros y cuentas bancarias.
La operación se inició cuando se tuvo conocimiento de que en un camping ubicado en la localidad granadina de Cañete la Real se estaba cultivando marihuana a gran escala, con un sistema intensivo de producción y que detrás de estos cultivos estaría una organización albanesa-española.
Por tal motivo, los agentes procedieron a realizar entradas y registros en el camping, donde se intervinieron numerosas plantas cuya producción tenía con destino Europa, sobre todo Holanda. También se localizó otro punto, ubicado en Moraleda de Zafayona, que era utilizado por la organización para la producción intensiva de la droga con abundante, caro y sofisticado material.
A cargo de esta plantación en Moraleda de Zafayona estaba una persona a la que los responsables de la banda desarticulada tenían encerrada sin salir y a la que llevaban la comida. Por tal motivo se procedió a la detención de dos personas.
TIENDAS COMO TAPADERA
Posteriormente, los agentes pudieron constatar que la organización disponía de un complejo, potente y con un diversificado sistema que, a través de su estructura de empresas ‘Growshop’ (empresas legales de venta de productos para el cultivo de marihuana) le permitía subcontratar mediante ‘leasing’ la infraestructura logística instalada a otros integrantes de los escalones más bajos. En este sentido, la Benemérita ha solicitado la clausura de estas tiendas.
Lo arrestados germinaban semillas de la planta de cannabis para su venta, junto a los equipos. Instalaban equipos, mediante leasing, y cuando germinaba la producción se llevaban parte de los beneficios. Tenían cultivos ‘indoor’ propios, donde dejaban a personas sin recursos a cargo de las plantaciones.
Finalmente, la producción iba a parar a otros países de Europa, principalmente Holanda. Una vez conocido el funcionamiento de la organización y de sus miembros, se procedió a la entrada y registros en 28 viviendas y locales, ubicados en el cinturón de la ciudad de Granada, entre estos se hallaban dos ‘Growshop’. Para estos registros se contó con la colaboración de operarios de Endesa para documentar y realizar informes sobre la defraudación eléctrica.
En uno de los registros la banda disponía de una vivienda, sita en Alfacar, que hacía la veces de laboratorio, donde disponían de las semillas de cannabis de las diferentes variedades ( con diferente efectos psicoactivos y psicotrópicos) que una vez aplicadas a las mismas procesos naturales de germinación, crecían hasta conseguir un tamaño optimo para su venta, acelerando así las producciones de cannabis indoor. Estas germinaciones en tanto a cantidad y variedad se hacían por encargo y estaban fechadas, numeradas y clasificadas por clientes. Este laboratorio llegaba a producir 4.000 plantas a la semana.