El cocinero español José Andrés (Mieres, 1969) ha anunciado este martes que su parte del ‘Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2021’ la donará para los damnificados por la erupción volcánica en La Palma, con la cantidad duplicada, tanto por su parte como por su esposa.
Además, ha comentado en una rueda de prensa con motivo del galardón que la ONG World Central Kitchen sigue actuando en la isla repartiendo comidas y que volverá en diciembre a la isla y pasará allí las navidades.
«Vamos a estar con la gente de La Palma hasta que no nos necesiten más», ha dicho José Andrés, que desea que esas personas puedan olvidar el año que viene lo sucedido y rehacer sus vidas.
Así, se ha mostrado orgulloso del trabajo de las autoridades, con alcaldes repartiendo comidas a las tres de la mañana, de las gentes de Canarias y de todos los españoles por el trabajo desplegado todo este tiempo.
Ante los periodistas en rueda de prensa también se ha mostrado harto de «tantos discursos» y de «palabras vacías» a la hora de afrontar el problema que existe por el hambre en el mundo. Ha dicho que lo que se necesita son «acciones reales» y «sobre el terreno».
La Fundación Princesa de Asturias ha decidido concederle este año el premio a él y a la organización World Central Kitchen, que fundó tras haber viajado a Haití en 2010 para prestar ayuda humanitaria y con la que lleva a cabo diversos proyectos de cooperación con la cocina como elemento central.
En su comparecencia, José Andrés se ha referido a la situación penosa que atraviesan muchas personas en el mundo por falta de alimento mientras que en los países ricos se desperdicia comida.
«Personas que dan de comer al mundo no pueden a veces dar de comer a sus familias y eso demuestra lo complejo del problema», ha apuntado. Si bien ha considerado que está bien que exista un «pensamiento global» a la hora de afrontar este problema, José Andrés es partidario de una «ejecución mucho más local».
Ha hablado de «eficiencia» y ha dicho que al producir de forma más local, se producen menos desperdicios que cuando la comida tiene que moverse entre continentes.
Ha recordado los años 80 cuando ya se anunciaba desde instancias internacionales que se iba a acabar con el hambre en el mundo. Pero no se ha cumplido. «¿Cómo es posible que se hagan grandes conferencias donde se habla con acabar con el hambre en el mundo pero nunca se invita a las mismas a una persona que realmente pasa hambre?», se ha preguntado.
«TENEMOS QUE DARLE VOZ AL QUE NO TIENE»
«Tenemos que darle voz al que no tiene», ha reclamado José Andrés, lamentando que las personas que toman decisiones sobre determinados problemas nunca los han padecido.
Y en este punto ha aprovechado también para enfrentarse al discurso de quienes rechazan a los inmigrantes. Ha recordado que son precisamente esos inmigrantes «que muchos no quieren» los que en tiempos de la pandemia han permitido que hubiese comida en la mesa, porque son los que trabajan en el campo, cargaban camiones o llevaban puerta a puerta comidas a ancianos.
Lo que deberían hacer los países ricos, según José Andrés, es fomentar que se creen riqueza en esos países de los que vienen esas personas, para que no tengan que «tocar a la puerta» en busca de un futuro. «No quieren nuestra limosna, quieren dignidad», ha insistido.
Preguntado sobre la percepción de Estados Unidos, donde reside, acerca de la gastronomía española, José Andrés ha dicho que serían necesarios más recursos. «Hay mucho por dar a conocer», ha explicado, apuntando que él va a intentar ayudar a hacerlo y que estos días sacará tiempo para grabar una serie de seis capítulos sobre gastronomía española que se verá en diferentes países.
TRAYECTORIA
José Ramón Andrés Puerta, conocido como José Andrés, fue discípulo de Ferran Adrià a finales de los años ochenta. Desde su llegada a EE UU en 1991, ha logrado convertirse en una referencia entre los cocineros de ese país. Propietario de más de veinte restaurantes ha participado en numerosas publicaciones y programas de televisión relacionados con la cocina, contribuyendo así a difundir y popularizar la gastronomía española.
En 2020 ‘Time’ le dedicó la portada de un número especial sobre la amenaza provocada por la pandemia de la COVID-19. En él la revista ensalzó su papel de líder en esta crisis, en particular en EE. UU., y su contribución a la alimentación de los damnificados. Andrés convirtió seis de sus establecimientos, en Washington D. C. y Nueva York, en cocinas comunitarias, y WCK coordinó con varios socios la distribución de alimentos.
Es embajador de la Alianza Mundial para Estufas Limpias, liderada por la Fundación de las Naciones Unidas, y su labor se extiende a otras iniciativas, como la Asociación Culinaria Diplomática del Departamento de Estado de EEUU o la DC Central Kitchen contra el hambre. Ha diseñado cursos para las universidades de Harvard y George Washington. Durante el mandato de Donald Trump, Andrés se mostró muy crítico con la política migratoria de la administración, un asunto que adquirió repercusión mediática internacional.
Nombrado en 2014 Estadounidense Excepcional por el expresidente de Estados Unidos Barack Obama, ha recibido entre otros reconocimientos, los premios Humanitario McCall-Pierpaoli (EE. UU., 2014), Humanitario del Año de la Fundación James Beard (EE. UU., 2018), Julia Child (EE. UU., 2019), American Express Icon (Singapur, 2019), el Gran Premio de la Cultura Gastronómica de la Academia Internacional de Gastronomía (Francia, 2020) y el Basque Culinary World Prize (España, 2020). Fue incluido entre las cien personas más influyentes del mundo en 2012 y 2018 por la revista Time.
World Central Kitchen (WCK) utiliza el poder de los alimentos para nutrir a las comunidades y fortalecer las economías en tiempos de crisis. Desde su fundación en 2010 por el chef José Andrés, WCK ha creado un nuevo modelo para responder a los desastres a través de su trabajo ayudando a las comunidades devastadas a recuperarse y establecer sistemas alimentarios resilientes.
WCK ha servido más de 50 millones de comidas frescas a personas afectadas por desastres naturales y otras crisis en todo el mundo en países como Bahamas, Indonesia, Líbano, Mozambique, Venezuela o los Estados Unidos.
Los programas de resiliencia de WCK en el Caribe y América Central han formado a cientos de chefs y cocineros escolares, han potenciado las prácticas de cocina limpia y han otorgado subvenciones a granjas, pesquerías y pequeñas empresas alimentarias, al tiempo que brindan oportunidades de formación y para establecer contactos. World Central Kitchen es un equipo de respuesta inmediata que prioriza el suministro de comida (en inglés, food first responders), que se moviliza con la urgencia del momento para llevar comidas a quienes más las necesitan.
Durante la pandemia de COVID-19, WCK activó miles de restaurantes y cocinas para proporcionar más de 40 millones de comidas a comunidades marginadas y vulnerables y profesionales sanitarios en primera línea en más de 400 ciudades en los Estados Unidos y España.
Este año, la organización también ha dado apoyo a comunidades afectadas en lugares como Mamuju, Indonesia después del terremoto, San Vicente y las Granadinas después de la erupción del volcán, las fronteras entre Estados Unidos y México y entre Venezuela y Colombia, Gaza después de los ataques aéreos y Miami a la luz del derrumbe del edificio de Surfside.