El Comité de Bioética de España tiene previsto entre sus líneas de trabajo para este año hacer una reflexión sobre la Inteligencia Artificial (IA) con el fin de analizar los posibles dilemas éticos que plantea esta tecnología.
«En nuestra agenda de trabajo hemos incluido en este año la reflexión ética acerca de la IA», ha explicado la presidenta del Comité de Bioética de España, Leonor Ruiz, en una entrevista con Europa Press.
Precisamente, el Comité renovó su composición a finales del año pasado e incluyó, por primera vez, a personas expertas en Ciencia de Datos, entre otras profesiones. «Efectivamente, es una oportunidad para este Comité contar con personas expertas en datos», ha remarcado Ruiz.
Así lo ha explicado la presidenta de este órgano de carácter consultivo, preguntada por si el Comité de Bioética se plantea analizar las implicaciones éticas de la Inteligencia Artificial, ante el importante avance que ha experimentado recientemente.
En concreto, el debate sobre la IA se intensificó a comienzos de este año ante la aparición del chatbot ChatGPT, una herramienta de IA conversacional que es capaz de chatear con los usuarios, responder sus preguntas y responder en formato de texto desarrollado.
Si bien, junto a quienes solo ven el potencial positivo de este tipo de herramientas, también han surgido voces que advierten de sus posibles peligros.
Así, la ONU advirtió hace un mes sobre los peligros que conlleva el uso de la Inteligencia Artificial y pidió a las empresas que sean responsables después de ver cómo ChatGPT conseguía alterar imágenes, replicar voces y crear textos.
Al mismo tiempo, líderes tecnológicos como Steve Wozniak, Jaan Tallinn o Elon Musk se sumaron en marzo a una petición que busca frenar temporalmente los grandes experimentos con IA por los riesgos que puede entrañar para la sociedad y propusieron implementar protocolos de seguridad.
Además, en España, el pasado 13 de abril, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) informó que había iniciado de oficio actuaciones previas de investigación a la empresa estadounidense OpenAI, propietaria del servicio ChatGPT, por un posible incumplimiento de la normativa.