Un estudio global por la Universidad de Galway (Irlanda) sobre las causas del ictus ha descubierto que el consumo elevado y moderado de alcohol se asociaba a una mayor probabilidad de sufrirlo. El estudio, publicado en la revista científica «Neurology», también ha evidenciado que no había sufrido ninguna relación entre el consumo de alcohol a bajo nivel y el ictus.
La investigación, denominada ‘INTERSTROKE’, analizó el consumo de alcohol de casi 26.000 personas de todo el mundo, de las cuales una cuarta parte eran bebedores habituales y dos tercios eran abstemios. En el estudio participaron personas de diversos orígenes étnicos de 27 países, incluidos Irlanda y el Reino Unido. Este estudio exploró estas asociaciones a gran escala en 27 países. El ictus puede producirse por un coágulo (isquémico) o por una hemorragia (hemorragia intracerebral).
«En general, nuestros resultados indican que la ingesta alta y moderada de alcohol se asoció con un aumento de las probabilidades de sufrir un ictus, mientras que no encontramos ninguna relación convincente entre la ingesta baja y el ictus», ha detallado otro de los responsables de la investigación, Andrew Smyth, catedrático de Epidemiología Clínica de la Universidad de Galway.
Sin embargo, los efectos de la ingesta de alcohol son complejos, ya que están vinculados a factores socioeconómicos como la educación y a muchos factores del estilo de vida, como el tabaquismo, la dieta y la actividad física. «Es importante tener en cuenta el impacto potencial de lo que comúnmente se clasifica como beber en exceso. Es probable que el riesgo adverso de tomar siete bebidas en un día a la semana sea mayor que el de tomar una bebida cada día a la semana», puntualiza.
En este estudio también se observaron las diferencias entre los tipos de alcohol. El consumo predominante de cerveza se relacionó con un aumento del 21 por ciento del riesgo de ictus, que fue significativamente mayor (73%) en el caso de la hemorragia intracerebral.
El consumo predominante de vino no se relacionó con el riesgo de ictus: no hubo ni aumento ni disminución.»Esto puede reflejar una diferencia en el riesgo según el tipo de alcohol, o puede reflejar diferencias en el contexto social de los patrones de consumo», ha pormenorizado Smyth.
La ingesta de alcohol, definida cómo más de 14 bebidas a la semana en el caso de las mujeres y más de 21 bebidas a la semana en el caso de los hombres, se relacionó con un aumento del 57 por ciento de los accidentes cerebrovasculares.