La Audiencia de Barcelona ha estimado finalmente el recurso de Rosa Peral debido a la emisión de la serie de Netflix El cuerpo en llamas, en la que relataba el conocido Crimen de la Guardia Urbana y utilizaban su imagen sin consentimiento. Este caso marca un hito en la jurisprudencia española en cuanto al uso de la imagen de personas involucradas en procesos judiciales, estableciendo un precedente sobre la privacidad y los derechos de los individuos aun estando en situación de reclusión.
El cuerpo en llamas se centra en el asesinato por el cual Peral fue condenada junto a Albert López, narrando detalladamente el suceso y el posterior proceso judicial. La decisión del tribunal catalán se basa en la violación de los derechos a la intimidad y la propia imagen de Peral, argumentando que la difusión de su imagen en el contexto del documental fue realizada sin obtener el pertinente consentimiento, transgrediendo así sus derechos individuales. Ahora se ha abierto la posibilidad de que cobre una indemnización por los daños ocasionados, una cuantía que aun se desconoce pero que podría ser millonaria según afirma distintos medios. Una indemnización que aun no está clara que pueda percibir, ya que la ley establece que primero tendría que cumplir con la imposición de indemnizar a familia de la víctima Pedro Rodríguez con los 885.000 euros que dictó el juez.
En cualquier caso, la sentencia pone en relieve la tensión existente entre el interés público por conocer detalles de crímenes notorios y el derecho a la intimidad y a la propia imagen de los implicados, especialmente cuando estos no han autorizado explícitamente el uso de su imagen para tales fines. La decisión judicial se apoya en el entendimiento de que todos los individuos, independientemente de su situación legal o condena, mantienen derechos fundamentales que deben ser respetados por terceros, incluidas las corporaciones mediáticas y plataformas de streaming como Netflix o Arcadia Motion Pictures, productora responsable de la serie.
Desde prácticamente el anuncio de El cuerpo en llamas, el caso ha abierto un debate sobre la responsabilidad de los creadores de contenido y las plataformas de distribución en la era digital, donde la línea entre el interés público y el respeto a la privacidad de los individuos parece cada vez más difusa. Por un lado, series como El cuerpo en llamas satisfacen una demanda del público por contenidos que exploran las profundidades de la naturaleza humana y los mecanismos de la justicia. Por otro, el respeto a la dignidad y los derechos de las personas retratadas en estos contenidos se convierte en una cuestión ética y legal de gran importancia.