Tras la crisis sanitaria que comenzó hace ya casi dos años, han aumentado las consultas sobre error de diagnóstico y otras negligencias médicas, tanto las que guardan relación con la COVID-19 como las que no. En este escenario, los abogados expertos en negligencias médicas en Barcelona de Bufete Toro exponen las más frecuentes, y cómo reclamarlas.
Retraso o error en el diagnóstico
El diagnóstico es el procedimiento por el que se reconoce una enfermedad, lesión o afección de una persona, a través de sus signos y síntomas. El posterior tratamiento de la dolencia y su curación depende de un diagnóstico temprano y certero. Los errores más frecuentes son los retrasos en urgencias, la no realización de pruebas esenciales, pérdida de documentos o no derivación al especialista correcto.
Daños en la intervención quirúrgica
Una operación quirúrgica es un procedimiento por el que se interviene en el cuerpo del paciente para curar una enfermedad o lesión, abriendo o cortando los tejidos u órganos dañados, con intención terapéutica y reparadora. Los errores pueden consistir en faltas de atención o de precaución (por ejemplo, dejarse material médico dentro del cuerpo del paciente). Hay que señalar, no obstante, que la actividad médica es de medios, no de resultado, por lo que no será negligencia que la operación no dé los resultados buscados.
Falta de información al paciente o de consentimiento informado
El derecho a la información clínica aparece recogido en la Ley de Autonomía del Paciente, al igual que la necesidad de consentimiento informado. Los errores más comunes en este ámbito son las equivocaciones en la identificación del paciente, la escasa o nula información acerca de su diagnóstico, o la falta de consentimiento informado previamente a una intervención quirúrgica. Es preciso aclarar que no siempre hay un daño físico, sino moral, al impedir al paciente decidir sobre su operación, al no conocer los riesgos reales de la misma.
Daños a la madre o el feto en el embarazo o el parto
En este campo las negligencias son muy numerosas, y la actuación de los facultativos se ciñe rígidamente a protocolos y formalidades. La negligencia puede tener lugar antes del parto, como una amniocentesis mal realizada, pero también durante el mismo, ya sea a la madre (hemorragias mal tratadas, histerectomía no necesaria, episiotomía que cause incontinencia fecal…), o al bebé (sufrimiento fetal con nefastas consecuencias, mal uso de fórceps, lesiones cerebrales, distocia de hombros, etc.).
Daños por prescripción de medicamentos inadecuados
Los tratamientos médicos, sean conservadores, curativos, rehabilitadores, o en otra modalidad, se encaminan a mejorar la salud del paciente. Si se le prescribe un medicamento inadecuado, las consecuencias pueden llegar a ser fatales. Por ejemplo, programando más dosis de la correcta, recetando un medicamento incompatible o a alguien alérgico, o equivocando la etiqueta del medicamento.
Infecciones intrahospitalarias o nosocomiales
Aunque pueda parecer contradictorio debido a la desinfección constante y el ambiente aséptico, los hospitales son los lugares donde más infecciones se producen. Entre las más comunes, se encuentra la neumonía, que además es de las más graves, la infección urinaria debido a las sondas, la septicemia o sepsis, que es una infección sanguínea, o infecciones en heridas quirúrgicas.
¿Cómo reclamar las negligencias médicas?
El primer paso es saber si la negligencia es viable. Para ello hay que conseguir el historial médico completo, y tras su estudio, un especialista en la disciplina de que se trate valorará si realmente existe negligencia. En ese caso, se puede reclamar directamente al hospital o servicio de salud en cuestión, si bien lo más práctico es hacerlo frente a una aseguradora. Si esta no quiere negociar extrajudicialmente, ofreciendo una cantidad como indemnización, es necesario presentar una demanda. En ese punto, es esencial contar con un perito médico de garantías.
¿Cuándo prescriben las negligencias médicas?
En un tema complicado, ya que hay diferentes posibilidades. En caso de ir por la vía contencioso-administrativa, el plazo es de un año desde que se sepa el alcance de los daños. Por la civil, la más aconsejable, el plazo es de un año frente a la aseguradora, y cinco contra una clínica privada. En el supuesto más extremo de abordar el asunto penalmente, habrá que estar al caso concreto para saber la prescripción.
En cualquier caso, ante la sospecha de haber sufrido una negligencia médica, lo más aconsejable es acudir a un especialista en esta materia. En Bufete Toro cuentan con más de cuarenta años de experiencia en las negligencias médicas, el estudio de viabilidad es gratuito y cuentan con un equipo jurídico y médico de primer nivel.