El español Darío Fernández está ultimando ya los preparativos para realizar este miércoles una travesía de nado en solitario a través del canal de la Mancha en el marco de una iniciativa a favor de los cuidados paliativos.
Fernández espera partir a las 05.30 horas de este miércoles, siempre y cuando las circunstancias del mar lo permitan, desde el puerto británico de Dover, inicio de un trayecto en alta mar y un recorrido sujeto a las inclemencias que tendrá su destino final muy posiblemente en alguna de las calas o playas entre las localidades de Framezelle y Escalles, cerca del extremo norte de la costa de Francia.
Para cuando complete la travesía, Fernández se habrá pasado no menos de diez horas en el mar y nadado no menos de 38 kilómetros, pero pasará a formar parte de la lista de los aproximadamente 40 nadadores que han conseguido completar la ruta desde el comienzo de la temporada en el canal, el pasado 6 de junio, según los datos de la Federación de Practicaje y Nado del Canal (CS&PF, por sus siglas en inglés).
El español, madrileño de 48 años, afronta el trayecto como una de las culminaciones de su larga afición a la natación, estimulada por una figura en particular, Amparo. «Gracias al incentivo de nuestra madre –explica su hermana Andrea en declaraciones a Europa Press– empezó a nadar con cinco años, a los nueve jugaba al waterpolo y practicaba natación a la vez en la Concepción, y a los 13 pasó a formar parte del club deportivo Canoe».
Residente en Irlanda desde hace ya 20 años, ha proseguido con numerosas travesías a sus espaldas, entre ellas, la finalización de esta ruta del canal, aunque en formato de relevos.
EN SOLITARIO
La prueba en solitario es, fundamentalmente, una carrera contra la extenuación. «Lo mejor es no detenerse demasiado», explica Andrea cuando habla de las condiciones de un desafío de resistencia constante que suma al desplazamiento propio del nadador el impacto de las corrientes, notable durante los ocasionales parones en el trayecto, imprescindibles para alimentarse.
Darío, en este sentido, estará supervisado por sus compañeros y la tripulación a bordo del barco que le acompañará en todo momento durante el recorrido, el ‘High Hopes’ (Altas Esperanzas). Todos juntos, nadador incluido, evaluarán en plena prueba las condiciones ‘in situ’ del mar para realizar desvíos adicionales sobre una ruta de por sí retorcida, porque la trayectoria nunca es directa.
De hecho, a mitad de trayecto por el paso de Calais, debido al cambio de corriente y la presencia de la línea de tránsito del ferry entre Inglaterra y Francia, los nadadores tienen que efectuar un marcado giro hacia el sur, en dirección al faro del cabo de Griz-Nez, en Framezelle, que añade varios kilómetros a su recorrido.
No es tanto problema la temperatura del agua -unos 17ºC al amanecer y subirá hasta los 20ºC en el apogeo del día; motivo por el que Fernández hará el recorrido sin traje de neopreno- como el enorme consumo de energía que comporta el desplazamiento constante en aguas abiertas.
Aunque los pronósticos apuntan a máximas de unos 23ºC, cualquier racha de viento frío en un día nublado provocará que las zonas de su cuerpo que no estén en permanente contacto con el agua comiencen a perder calor según pasen los minutos.
Para combatir el desgaste es imprescindible, como recuerda el CS&PF en su página web, un plan específico de alimentación que combine el alto contenido calórico con la rápida ingestión. Fernández podrá usar una boya del barco como apoyo mientras recibe de sus compañeros, Hugo y Dominic, los alimentos energéticos que necesita pero no debería detenerse más del minuto recomendado por la organización, que propone avituallamientos cada media hora de nado y siempre a sabiendas de que la temida «pájara» comenzará a dejarse notar, sea cual sea el menú o el ritmo de consumo, «entre la quinta y la séptima hora, cuando el cuerpo empieza a convertir su propia grasa en energía».
Todo ello con el objetivo de impulsar una campaña de donaciones para los cuidados paliativos en España, en una iniciativa en memoria de su madre, fallecida el año pasado a causa de un cáncer. «Siempre me ayudó a cumplir mis sueños dentro y fuera del agua», recuerda el propio Fernández.
La campaña de donaciones en Internet ha recaudado ya una quinta parte de sus objetivos y el nadador espera que este trayecto -los usuarios de la red pueden seguir en directo la trayectoria del ‘High Hopes’ que acompaña a Fernández por la travesía- sirva para acelerarla todavía más para beneficio de las unidades de paliativos, un «equipo humano de profesionales inigualable y a los que siempre estaremos agradecidos por hacer fácil lo difícil».