El exjefe de la organización terrorista ETA Jurdan Martitegi y el que fuera integrante del aparato militar Asier Borrero Toribio han aceptado este miércoles una condena de seis años de cárcel por la elaboración de un barril de cerveza bomba hallado en el municipio vasco de Getxo en enero de 2008.
Tanto Martitegi como Borrero se han declarado culpables después de que el tribunal, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, les preguntase si reconocían su participación en los hechos. Ambos se han conformado con la pena de prisión y con 12 años de inhabilitación por un delito de tenencia, fabricación y colocación de explosivos con finalidad terrorista.
Los acusados, que se han abrazado después de que el magistrado leyese la petición del Ministerio Fiscal y diese por concluida la vista, estaban acusados de elaborar y trasladar hasta la calle Estrada de Diliz el artefacto y esconderlo entre los arbustos. Su detonación hubiese provocado una explosión «de gran alcance», pero la Ertzaintza lo desactivó a tiempo.
En concreto, los encargados de su manipulación fueron los agentes de la unidad de desactivación de explosivos, que se presentaron hasta esa calle para proceder a la inutilización del artefacto, separando del recipiente todos los elementos susceptibles de explosionar y trasladándolos a su departamento para el correspondiente análisis.
Actuando como una unidad de acción –en palabras de la Fiscalía– Martitegi y Toribio habrían colocado el artefacto con el propósito de «cometer una acción que no ha podido determinarse». Así, y «de acuerdo con los fines de la organización terrorista, tendría como fin alterar la paz pública y subvertir el orden constitucional».
Del análisis practicado por los miembros de la unidad de desactivación de explosivos de la Ertzaintza se desprendió que el artefacto, contenido en un barril de acero inoxidable de cerveza de 50 litros de capacidad, estaba formado por una estructura tubular de PVC sanitaria de color gris, con forma de taburete de cuatro patas.
La misma estaba compuesta por tubos de 20 milímetros de diámetro, cuatro piezas acodadas, cuatro piezas ciegas y tres en forma de T. En su interior, treinta kilogramos de explosivo con base de nitrato de amonio, aluminio en polvo, pentrita y nitrometano: un conjunto explosivo denominado por la propia organización terrorista como ‘amonitol’.
TRES JUICIOS EN APENAS TRES MESES
Este nuevo juicio contra Martitegi se suma a los celebrados en los últimos meses en la Audiencia Nacional. El que fuera jefe de ETA aceptó el pasado 29 de septiembre seis años de cárcel por un delito de daños terroristas después de haber calcinado un concesionario de vehículos Citroën en enero del año 2000.
Tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía –que pedía 10 años de prisión– aceptó la pena de prisión y una indemnización de 415.489,75 euros al propietario del edificio por los daños provocados en nueve vehículos y en la estructura del hangar.
Unas semanas más tarde, Martitegi aceptó una condena de dos años y seis meses de prisión por su participación en la comisión de actos de ‘kale borroka’ durante la fiestas de Galdakao (Vizcaya) en septiembre de 2000.
La defensa de Martitegi y el Ministerio Fiscal presentaron un escrito conjunto en el que el etarra reconocía los hechos. Así, aceptó dos años de cárcel por un delito continuado de daños y seis meses por un delito de desórdenes públicos, frente a la petición inicial de cinco años.
Previamente, Martitegi fue arrestado en abril de 2009 en Perpiñán, y condenado, en 2013, a 16 años de cárcel por la Justicia francesa. Posteriormente, la Audiencia Nacional le condenó, en 2014, a 139 años de prisión por el atentado con coche bomba contra el cuartel de Calahorra (La Rioja) el 21 de marzo de 2008, que causó ocho heridos, dos de ellos guardias civiles.
El pasado mes de marzo la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior autorizó su traslado de Soto del Real, en Madrid, a la prisión de Martutene, en San Sebastián.
JUZGADO POR EL INTENTO DE ATENTADO CONTRA GRANDE-MARLASKA
Por su parte, Borrero Toribio, integrante del ‘comando Vizcaya’ al que la dirección de la banda terrorista encargó que matara al entonces juez de la Audiencia Nacional y hoy ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, fue entregado por Francia en febrero de 2019.
Natural de Barakaldo (Vizcaya), Borrero Toribio fue detenido a la salida de un McDonald’s el 4 de julio de 2009 –cuando tenía 24 años– en Pau (Francia), junto a Itziar Plaza e Iurgi Garitagoitia.
La Audiencia Nacional lo juzgó en 2011 por el intento de atentado contra Grande-Marlaska y planear el secuestro del edil del PSE en Eibar Benjamín Atutxa, cargos por los que finalmente no fueron condenados al no llevarse a cabo las acciones criminales.
Además, en 2020 la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le absolvió por falta de pruebas del atentado cometido en la Nochebuena del año 2007 por la banda terrorista contra la sede del PSE en Balmaseda (Vizcaya), que causó diferentes daños materiales.
A diferencia de lo solicitado por la Fiscalía, que interesaba para Borrero 15 años de prisión por un delito de estragos terroristas, los magistrados consideraron que no había pruebas suficientes para condenarle, pues el único elemento de cargo sería la declaración de otro etarra condenado por estos hechos, que le incriminó en sede policial pero luego no ratificó su testimonio ni ante el juez instructor ni en el juicio.