El Gobierno ha completado la donación al Estado marroquí del Gran Teatro Cervantes de Tánger conforme a lo pactado por ambos países en febrero de 2019, coincidiendo con la Reunión de Alto Nivel (RAN) que tuvo lugar el 2 de febrero en Rabat, según han confirmado fuentes diplomáticas a Europa Press.
El Gobierno había aprobado en febrero de 2019 la aplicación provisional del protocolo suscrito con Marruecos para la «donación irrevocable» del Teatro Cervantes, que a su vez había sido donado al Estado español en 1928.
En este sentido, la Embajada española en Rabat procedió a remitir el 2 de febrero una nota verbal al Ministerio de Exteriores marroquí para informar de que en España se habían completado ya los trámites para la entrada en vigor del tratado, algo que Marruecos había hecho ya previamente. Con ello, se completaba el proceso y se procedía a la donación efectiva del edificio.
Pese a ser uno de los edificios para fines culturales más importantes de la ciudad, el abandono y el desuso que sufrió a partir de la década de 1970 había afectado a su conservación. El Gobierno explicó entonces que al tratarse de «un inmueble de indudable valor arquitectónico y cultural que precisa una fuerte inversión para su rehabilitación», se había llegado a la conclusión de que la mejor solución era su cesión a Marruecos.
Con ello el Ejecutivo aceptó «la oferta del Gobierno marroquí de restaurar y gestionar el teatro a cambio de la cesión de su propiedad y con el compromiso de mantener un componente español en la programación cultural» del mismo.
El acuerdo prevé además la «reversión de la propiedad a España en caso de que no se llevase a cabo la restauración del inmueble o éste se destinase a fines distintos de los acordados».
Dado que el protocolo constituía un tratado internacional, tuvo que ser sometido a sendas votaciones en el Congreso de los Diputados, en julio de 2020, y del Senado, en septiembre de ese mismo año, que avalaron la donación del inmueble a Marruecos.
El protocolo prevé que el teatro pase a formar parte del ámbito privado del Estado marroquí, que no podrá en ningún caso transferirlo a un tercero.
Además, en virtud del mismo Marruecos se compromete a restaurar el edificio en su totalidad, respetando la arquitectura original, tanto de su fachada como del interior, preservando el diseño original del teatro. y corriendo con todos los gastos. La previsión era de que la restauración estuviera completada en un plazo máximo de tres años.