El Gobierno evidencia de nuevo la división con la abstención de Podemos y Garzón a que Finlandia y Suecia entren en OTAN

Redacción

El Gobierno ha vuelto a poner de manifiesto la división en sus filas, esta vez a cuenta de la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN, después de que Unidas Podemos y el ministro de Comercio, Alberto Garzón, se hayan abstenido en la ratificación en el Congreso, contra la que ha votado Izquierda Unida.

Desde Unidas Podemos ya se había dejado claro en los últimos días que no votarían a favor de la entrada de estos dos nuevos países a la Alianza Atlántica, pero en el caso de Izquierda Unida no ha sido hasta hoy cuando se ha conocido que sus diputados votarían en contra mientras que su líder y miembro del Ejecutivo se abstendría.

Finalmente, el Congreso ha aprobado por 290 votos a favor, once en contra –más de los cuatro de IU y el de BNG previstos– y 47 abstenciones los protocolos de adhesión de los dos países.

Precisamente, desde la oposición se ha hecho hincapié durante el debate en esta división en el seno de la coalición. El portavoz del PP, Pablo Hispán, ha sostenido que ello demuestra que Pedro Sánchez «solo es presidente de una parte del Gobierno» y que estamos ante «un capítulo más de las extravangancias a las que nos tiene acostumbrados».

«Son el único Gobierno de Europa en el que una mitad está a favor y la otra se manifiesta en contra y quiere que nos salgamos» de la OTAN, ha afeado, acusando a Podemos y el resto de socios parlamentarios de apoyar al PSOE solo cuando se trata de «debilitar al Estado» pero cuando es para fortalecerlo, como en este caso, solo pueden contar con el PP.

Por su parte, el portavoz de Vox, Alberto Asarta, ha sostenido que la OTAN es una «herramienta defensiva y disuasiva, necesaria y decisiva no solo durante la Guerra Fría sino durante el periodo posterior y también en la actualidad». Sin embargo, ha echado en cara que la extrema izquierda española «continúa con su discurso obsoleto, casposo y rancio» en lugar de rectificar como en su momento hizo el presidente Felipe González.

En esta ocasión, también el PSOE ha puesto de manifiesto su malestar. Su portavoz, Sergio Gutiérrez, ha defendido que se no se puede ser «equidistante ante el sufrimiento de otros pueblos, entre agresores y agredidos, entre invasores e invadidos, entre los amenazados y los que amenazan».

En este sentido, ha reprochado a Podemos y sus socios que se hayan aferrado al «mantra» de que de lo que se debería de hablar es de paz pero no hayan propuesto «ninguna idea sobre cómo conseguirla sin provocar la rendición del pueblo ucraniano», a no ser que «no tengan una idea para conseguir la paz sino un eslogan, no tengan una solución sino una excusa».

En términos muy similares se ha pronunciado el portavoz de Ciudadanos, Miguel Ángel Gutiérrez, que les ha echado en cara que quieran ir en contra de la decisión de suecos y finlandeses. «Siendo esto democráticamente cuestionable lo peor es la equidistancia y equiparación sucia y vomitiva de confundir a víctimas con verdugos», ha lamentado, recordando que son los mismos que no condenan a los asesinos de ETA y que piden su acercamiento a las cárceles vascas.

«Que Suecia y Finlandia tomen la decisión que consideren adecuada pero no será en nuestro nombre», ha sostenido el portavoz de Unidas Podemos, Gerardo Pisarello, tras criticar duramente a la Alianza y también a la UE, «que se fundó con el objetivo declarado de buscar la paz y está haciendo poco o nada para parar la guerra».

También el portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, ha cuestionado a la OTAN como organización y ha dicho que la guerra en Ucrania no se resuelve ni con ella ni con el envío de más armas. En este sentido, adelantó que aunque respetan la decisión de finlandeses y suecos de entrar, puesto que «son estados soberanos», no la iban a respaldar.

El único que ha confirmado en el pleno que votará en contra ha sido el diputado de BNG Néstor Rego, quien ha aprovechado para cuestionar los planes de Sánchez de aumentar el gasto en defensa, advirtiendo que se hará en detrimento de más gasto social y pidiendo al Gobierno que pregunte a los españoles si quieren «más bombas o más escuelas».

En los pasillos del Congreso, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián ha recordado su posición crítica con la OTAN pero subrayando el derecho a la «autodefensa» de cualquier Estado, «incluido Ucrania», y también el «escrupuloso respeto» de su formación a las «soberanía» de los dos países nórdicos.

Tras el aval del Congreso, los protocolos de adhesión de los dos países se trasladarán al Senado, para su aprobación por procedimiento de urgencia y lectura única. Una vez completado este trámite España habría ratificado la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN, como ya han hecho más de una veintena de los 30 países que integran la alianza.

La Alianza Atlántica ya provocó la primera ruptura en el Parlamento de la legislatura entre los dos socios de coalición, en febrero de 2020, cuando Podemos también optó por la abstención en la votación para la adhesión de Macedonia del Norte. En aquella ocasión también IU se abstuvo y solo el diputado del BNG, Néstor Rego, votó en contra.

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