Rusia ha enviado este domingo una delegación a Bielorrusia para negociar con Ucrania un acuerdo de cese de hostilidades a sabiendas de que se encontrarán delante una silla vacía porque el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha rechazado toda posibilidad de usar ese país ni su capital, Minsk, como sede para un encuentro.
Zelenski había reiterado a última hora de este sábado su negativa a emprender cualquier tipo de negociación en suelo bielorruso, país al que acusa de participar activamente en la invasión rusa de Ucrania, e insistido en que ha ofrecido a Rusia otros foros como Polonia, Turquía o Azerbaiyán, sin respuesta alguna.
«Varsovia, Estambul, Bakú: hemos ofrecido a Rusia mantener conversaciones en estas ciudades, o en cualquier otra ciudad donde no se estén lanzando misiles contra Ucrania», indicó, en relación a las ofertas de acogida presentadas por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, o su homólogo azerí, Ilham Aliyev.
Ello no ha impedido que el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, haya anunciado esta mañana la llegada de una delegación rusa a la ciudad bielorrusa de Gómel, en el sur del país, para intentar un acercamiento con los ucranianos.
«Una delegación rusa compuesta por representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Defensa y otros departamentos, incluida la administración presidencial, ha llegado a Bielorrusia para negociar con los ucranianos. Estaremos listos para iniciar estas negociaciones en Gómel», ha declarado Peskov en comentarios recogidos por TASS.
Peskov continuó con el cruce de informaciones al asegurar que los propios ucranianos habían sido quienes propusieron Gómel en un principio como sede de las negociaciones. «La ciudad de Gómel fue propuesta por la parte ucraniana, específicamente por la parte ucraniana, como un lugar para las negociaciones», ha reiterado el portavoz del Kremlin.
La delegación en las conversaciones con Ucrania está encabezada por el asesor del presidente de la Federación Rusa y exministro de Cultura Vladimir Medinski, ha señalado Peskov.
En sus primeras declaraciones tras llegar a Minsk, Medinski ha garantizado la seguridad de la delegación ucraniana en el caso de que finalmente decida acudir a las conversaciones. «Las partes elaboraron en detalle la ruta de la delegación ucraniana. Aseguramos y garantizamos la seguridad absoluta de la delegación ucraniana», ha explicado desde la Embajada rusa en el país.
No obstante, el negociador ruso ha dado al Gobierno ucraniano un ultimátum hasta las 15.00 hora local (las 13.00, hora peninsular española) para decidirse. «Estaremos aquí esperando a que Ucrania confirme su propia decisión de elegir Gómel como sede de la negociación. Tan pronto como recibamos esta confirmación, nos mudaremos allí de inmediato para reunirnos con ellos», ha aseverado.
Con todo, Peskov ha avisado de que Rusia no suspenderá la operación militar en Ucrania durante las negociaciones con la parte ucraniana, tras el fracaso del sábado cuando, según el Kremlin, Rusia decidió ralentizar deliberadamente su avance por Ucrania para dar una oportunidad a la paz.
«Por nuestra parte, se ha avisado a la parte ucraniana que esta vez no se suspenderían las actividades previstas en el curso de la operación militar, como ocurrió ayer», ha manifestado el portavoz.