Médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valladolid confirman que las lesiones halladas en el cuerpo de Esther López son compatibles con un atropello y vendrían a descartar que otras localizadas en el ojo, la mano y el cuello de la víctima sean fruto de una agresión previa por parte del único investigado, Óscar S.M.
El informe aclaratorio fue solicitado por la titular de Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid, encargado de la investigación del caso, con el fin de aclarar la tesis introducida por la Guardia Civil en su informe definitivo en el que apuntaba la posibilidad de que el citado investigado y Esther hubiera discutido de forma violenta con carácter previo al atropello que Óscar podría haber llevado a cabo en un «arrebato en caliente».
Por eso, la instructora solicitó al Instituto de Medicina Legal que aclarara la etiología de las lesiones halladas en el ojo derecho, una mano y el cuello y ahora, en el referido informe al que ha tenido acceso Europa Press, los médicos forenses «consideran muy improbable que, consideradas en conjunto, sean debidas a otra causa distinta a un atropello» y parecen desechar la muerte por una presunta precipitación o caída. «En concreto, la del ojo derecho está asociada a otras lesiones en la cabeza, por lo que, aunque hipotéticamente quepa preguntarse sobre otras causas, el atropello puede explicarla».
La encomienda de la instructora tenía igualmente por objeto determinar en qué medida pudo intervenir cada uno de los cuatro factores en el fallecimiento: intoxicación etílica, consumo de cocaína, hipotermia y politraumatismo y si los tres primeros por sí solos podrían haber producido el fallecimiento, a lo que los expertos responden que la principal causa de la muerte fue por politraumatismos y los restantes fueron secundarios.
«En resumen, puede decirse que el atropello es la causa y el resto son concausas. Por tanto, en lo que se refiere a la segunda parte de la pregunta–si consumo de alcohol y cocaína e hipotermia provocaron por sí solas la muerte–, consideran que no».
Menos categóricos se muestran sobre cuál sería la sintomatología que presentaba esa noche la joven a tenor de los citados consumos en cuanto a su equilibrio y deambulación, ya que los expertos indican que no pueden concretarlo con certeza a partir de los análisis efectuados.
En cuanto a la pregunta de cuánto tiempo estiman que sería necesario estar en contacto con la elevada humedad para que se produjeran las manos de lavandera–ablandamiento y descomposición de la piel–que presentaba Esther, los médicos forenses apuntan que de una a doce horas.
La instructora ha recibido otro informe de imputabilidad sobre Óscar S.M, a petición de la Fiscalía, en el que se establece que el día de los hechos era plenamente consciente de sus actos, a pesar del alcohol ingerido aquella madrugada por el investigado.