La emisión de Supervivientes comenzaba de manera pacífica hasta que Gabriela Arrocet se daba cuenta de que compartía plató con Carmen Borrego, archienemiga por la relación que tuvo su padre con su madre hace años. Enseguida se calentaban los humos en plató y se instaba a las dos mujeres a mantener la calma durante el directo.
La hija de Edmundo Arrocet acusaba a la colaboradora de televisión de haberse equivocado de programa, reprochándole que no era su lugar gritando: «No sé qué hace acá». Carlos Sobera ponía paz entre ellas durante la primera parte del programa y les daba rienda suelta después de emitir una recopilación de cómo la superviviente se había referido a las hermanas Campos como «las borregas».
Acusaba directamente a Carmen Borrego de haber dicho mentiras sobre su padre, de haberle criticado y de haber negado dichas palabras a posteriori. Incluso argumentaba que habría llegado tan lejos en televisión a costa de su padre. Tras pronunciar las palabras «serás autodidacta pero profesión no tienes», el presentador se veía obligado a pedir respeto hacia la profesión de Carmen y su trayectoria. Terminaba su alegato asegurando que los espectadores tienen memoria y recuerdan cómo ha hablado de su padre durante los últimos años.
Por su parte, la hija de María Teresa Campos dejaba claro desde un principio que no iba a dirigirse a ella. Aprovechaba la ocasión para mandar un beso a su hijo, Benúa, con quien ha establecido una buena relación gracias al programa. Denegaba la oferta del presentador de tomarse un chocolate con churros con el hijo de Gabriela y ella, asegurando que no le interesa ningún tipo de reconciliación.
La colaboradora saltaba del asiento al escuchar cómo su contrincante intentaba hablar de su madre. Directa y concisa, le prohibía nombrarla: «a mí madre, ni la nombras. No la tienes que nombrar, ni bien ni mal. No eres quién, no vuelvas a nombrar a mi madre». El enfrentamiento terminaba lleno de tensión entre ambas mujeres, quienes no tienen pensado hacer las paces en un futuro cercano.