El valor económico potencial que el Internet de las cosas (IoT) podría generar para 2030 es de entre 5,5 y 12,6 billones de dólares en todo el mundo, incluido el valor captado por los consumidores y clientes de los productos y servicios del IoT, según las conclusiones del estudio ‘Internet of Things: Ponerse al día con una oportunidad que se acelera’, realizado por la consultora McKinsey & Company.
El IoT describe una red de objetos físicos que llevan incorporados sensores con el fin de conectarse e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de la Red, mejorando la eficiencia de muchos procesos mediante el uso, por ejemplo, de la Inteligencia Artificial.
Actualmente, es una de las principales tendencias vinculadas a la transformación digital de la economía y ya está integrado en la vida de los consumidores, así como en las operaciones de empresas y gobiernos.
LAS FÁBRICAS Y EL SECTOR SALUD, LOS MÁS BENEFICIADOS
Las fábricas representarían la mayor cantidad de valor económico potencial del IoT, alrededor del 26 por ciento, en 2030. Esto se debe a su uso para lograr una optimización de las operaciones en la fabricación, haciendo más eficiente la gestión diaria de los activos y las personas.
El sector de la salud, por su parte, supondría alrededor del 10 al 14 por ciento del valor económico estimado del IoT en 2030. Desde los monitores de glucosa y corazón conectados para pacientes con enfermedades crónicas hasta las soluciones de mercado masivo que monitorizan la actividad física.
Las soluciones de IoT no sólo son utilizadas por clientes particulares, sino que también las ofrecen algunas aseguradoras y gobiernos como forma de mejorar la salud y los resultados de los pacientes. En este punto, el informe destaca que «la pandemia de la Covid-19 ha acelerado potencialmente el uso de las soluciones de IoT en la atención sanitaria».
En cuanto al sector que más rápido crecería en términos de valor de la IoT para 2030, sobresalen los vehículos autónomos (que incluyen la automatización de la conducción parcial, o autonomía de nivel dos, y superior). El aumento constante del uso de sensores en los vehículos continuará a medida que los consumidores demanden mayor seguridad y fiabilidad.
CHINA LIDERA EL AVANCE DEL IOT
Por países, China se sitúa a la cabeza y se está convirtiendo en una fuerza global del IoT, no solo como centro de fabricación y proveedor de tecnología, sino también como mercado final para crear valor. De hecho, se espera que el mundo desarrollado represente alrededor del 55 por ciento del valor económico estimado del IoT en 2030, siendo China responsable de aproximadamente el 26 por ciento de ese valor.
El estudio también analiza su implantación en entornos B2B (Business-to-Business) y B2C (Business-to-Client), siendo el primero el que puede crear la mayor parte del valor del IoT (cerca del 65%) para 2030. No obstante, el segundo también está creciendo, impulsado por la adopción más rápida de lo esperado de soluciones inteligentes en el hogar.
Esta investigación comenzó en 2020, antes de que la propagación del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, provocara una pandemia mundial en el primer trimestre de ese año. Aunque el informe no se centra únicamente en el impacto de la pandemia, ésta ha actuado como catalizadora para el despliegue de soluciones de IoT en áreas específicas.
RECOMENDACIONES PARA LAS EMPRESAS
Teniendo en cuenta el potencial de esta tecnología, los expertos de McKinsey & Company ofrecen una serie de consejos para que las empresas puedan lograr el éxito y capitalizar el valor económico del IoT.
En este sentido, recomiendan asignar un responsable que centralice las decisiones vinculadas a IoT y concebir desde el principio el proyecto como algo a gran escala, presente en el conjunto del negocio. «La integración conjunta de las soluciones en diferentes áreas y para diferentes usos es lo que potencia la transformación de procesos y la optimización, asegurando que el impacto se convierte en valor para la compañía», detallan.
De la misma forma, instan a invertir en talento, incluidos reclutadores capaces de captar a los mejores técnicos; transformar y optimizar toda la organización, más allá de la tecnología o el área de sistemas; y buscar la interoperabilidad, por encima de ofertas específicas, en un ecosistema muy fragmentado.
Por último, animan a conducir la transformación de forma proactiva, diseñando y controlando desde el principio la construcción y despliegue de las soluciones de IoT que mejor respondan a las necesidades de la compañía y su mercado.