El juez Adolfo Carretero preguntó a Luis Medina en su interrogatorio en el marco de la instrucción del caso de las mascarillas si era conocedor de que los guantes de nitrilo comprometidos con el Ayuntamiento de Madrid eran defectuosos, a lo que el investigado respondió que eran los estipulados en el contrato con el Consistorio.
El hijo menor de Naty Abascal y Alberto Luceño declararon ayer ante las partes personadas por delitos de estafa agravada, blanqueo de capitales y falsedad documental. En el caso de Luis Medina, se incluye en la imputación un delito de alzamiento de bienes.
«¿Usted se enteró de que los guantes era una porquería?», le inquirió el instructor al aristócrata en un momento del interrogatorio centrado en cómo pactó con su socio las comisiones de la operación de compra venta de material sanitario.
Medina esgrimió que no se pactaron inicialmente comisiones y que entendía que le «iba a tocar un tercio» del contrato de las mascarillas a través de la empresa malaya Leno. Tras ello, el juez le pregunta si pactó una comisión por traer también los guantes.
A preguntas sobre si sabía que eran «una porquería», el compareciente le replicó que era «lo estipulado» en el contrato pero agregó que «otra cosa era la expectativa» que pudiera tener el Consistorio.
Según la querella, Luceño había asegurado al cargo del Ayuntamiento que se trataba de «guantes de 40 mm de longitud, de gran calidad y que cubrían la mayor parte del brazo». Sin embargo, los guantes que se recibieron el 8 de abril de 2020 eran guantes de «ínfima calidad y que solo llegaban hasta la muñeca».
El fiscal sostiene que en este caso se había pactado una comisión igual para ambos querellados, por la que se obtendrían 4 millones de dólares en comisiones (el 426% del precio real del producto), y a las que renunciaron para «intentar contentar al Ayuntamiento de Madrid», visto el fracaso de la operación y ante las quejas de la mala calidad de los guantes.
«¿Si eran los estipulados por qué los devolvió?», le insistió el juez, a lo que éste contestó que mejor lo podía explicar su socio Alberto Luceño, quien declaró a continuación. «¿Y el dinero de los test que no eran válidos, se devolvió?», insistió el juez.
NO SE SIENTE ENGAÑADO POR LUCEÑO
El investigado apuntó que desconocía ese dato y, de nuevo, le volvió a remitir a Luceño, de quien seguidamente afirmó que no se siente engañado, en contra de lo que manifestó en abril de 2021 ante el fiscal.
El juez también le preguntó sobre la posible manipulación del documento entregado a los bancos para justificar el ingreso de más de 900.000 euros, un documento en el que aparece su firma como agente exclusiva de la empresa malaya sin haber viajado al país asiático donde se ubica la citada empresa proveedora.
«Era un formalismo de cara al banco», le dice al instructor. Éste le preguntó seguidamente; «¿y de cara al Ayuntamiento de Madrid, también era un formalismo?». «En este caso, sí», contestó.
A continuación, Medina habla en qué invirtió el millón de euros y relató al juez que gastó los 400.000 euros de los dos bonos de inversión en préstamos y en ayudar a gente. «El fiscal no me dijo que dispusiera de ese dinero. No consideraba que fuera nada irregular. El fiscal no me advirtió», recalcó.
«No hay ni un solo euro en el extranjero», agregó el comisionista a preguntas del juez en relación a si ha transferido el dinero a una cuenta extranjera.