El titular del Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria que supervisa el CIE de Gran Canaria, Arcadio Díaz Tejera, ha calificado de «penoso el modo y la manera» en que en la tarde del martes se actuó con más de 200 inmigrantes que dejaron en libertad en el muelle de Arguineguín, en el municipio de Mogán (Gran Canaria), y desde el Ayuntamiento de Mogán se les derivó en guaguas hasta las puertas de la Delegación del Gobierno, en Las Palmas de Gran Canaria.
Díaz Tejera ha señalado que si bien todas las personas que están en el muelle de Arguineguín, excepto los que han llegado en las últimas 72 horas, están en situación jurídica de libertad, sí que consideró que «no se pueden gestionar los grupos humanos de esa manera, con esa brusquedad, sin avisar a las autoridades para encontrar los dispositivos de acogida social y que estén atendidos en algún lugar donde puedan comer y dormir, y no tirado en los parques».
Además, el magistrado puntualizó que lo ocurrido en la tarde de ayer, «sin previo aviso a nadie» para poder encontrar un centro de acogida social, «podría haber resultado profundamente perturbador para la convivencia entre los canarios», ya que se preguntó «qué habría pasado si hubiese habido algún conflicto» en Arguineguín, en Mogán, en Las Palmas de Gran Canaria, según expuso en declaraciones a la cadena Ser recogidas por Europa Press.
Así, indicó que si se hubiera producido algún conflicto, podría «perturbar» la convivencia entre los canarios y «luego los funcionarios de los Cuerpos del Estado van y vienen» pero, matizó, quienes viven en el archipiélago deben saber vivir entre ellos.
Para Arcadio Díaz Tejera lo que se produjo ayer fue «impecable desde el punto de visto jurídico, por fin han reconocido que no pueden estar allí más de 72 horas, estaban en una situación de detenidos de hecho, sin ninguna cobertura jurídica, pero no estaban detenidos de derecho porque ningún juez lo había ordenado y no habían cometido ningún hecho delictivo para que la policía lo detuviese».
Sin embargo, incidió en que «no se puede repetir, no se pueden hacer las cosas así, hay que hacerlas con inteligencia, y no de esa manera tan abrupta que podría haber generado un serio problema de orden social».