El juicio contra la ‘viuda negra de Patraix’ arranca hoy

Europa Press

El juicio contra María Jesús M.C., la conocida como ‘viuda negra de Patraix’, y su examante, Salvador R.L., ambos acusados de matar al marido de ella en agosto de 2017 en un garaje de Patraix, arranca este miércoles en la Audiencia de Valencia tres años después de que se cometiera el crimen.

La vista contra los acusados, que trabajaban en el mismo hospital de València, ella como enfermera y él como auxiliar, comienza este miércoles, 14 de octubre, y se extenderá hasta el día 29. La primera sesión se destinará a la elección del jurado popular y a la lectura de los escritos de calificación e intervención de las partes.

La Fiscalía reclama provisionalmente 22 años de prisión para María Jesús y 18 para Salvador, acusado de ser el autor material del crimen. En el caso de ella, la pena solicitada es mayor al contemplarse la agravante de parentesco. Además de las penas de prisión, solicita indemnizaciones de 250.000 euros –a las que ambos procesados deben hacer frente solidariamente– para los padres y hermano del fallecido.

El interrogatorio de los acusados, detenidos cinco meses después del crimen, se producirá el día 15. Sus versiones han ido cambiando a lo largo del procedimiento. En el caso de Maje –así le llamaban a María Jesús–, cuando fue detenida confesó que participó en la planificación del crimen, pero dos días más tarde, ante el juez, se retractó y señaló que no fue así. Indicó que lo que dijo a los agentes fue porque estaba muy nerviosa y no había entendido la pregunta que se le había formulado.

En el caso de Salva, ante la Policía afirmó que habían sido los dos, pero luego decidió asumir toda la responsabilidad y exculpar a Maje. Ante ello, se realizó un careo pero ninguno quiso declarar en ese momento. Año y medio después del crimen, Salva aseguró que habló en varias ocasiones con su examante de cómo matar al ingeniero, de 36 años, y afirmó que fue ella la que le dio las llaves del aparcamiento donde mató a la víctima.

En todo este tiempo hasta llegar a juicio también han salido a la luz una serie de cartas que le escribió Maje a Salva antes del crimen en las que le decía cosas como «Lo ví… Allí estaba… Sonriente, con los ojos brillantes desde el control de enfermería de la tercera planta (…) Me gustaba, me atraía, ¡¡¡lo deseaba!!! (…) Su olor, su presencia, su mechita cayendo, su gorrito…». Y agregaba: «Me pongo presumida cuando viene, coqueta. Me anima que venga a planta y verlo… y pasar por su lado… «está el gotero de Ringer vacío» me dice y yo pienso… uff pues llénamelo tú pero no te vayas ya!».

En las cartas también describía su relación: «Es la historia de amor más auténtica y apasionante que he vivido y la gente pueda escuchar». «Esta carta es una declaración de amor hacia ti, te quiero por encima de cualquier obstáculo, de cualquier inconveniente, te quiero porque me llenas de vida y me haces sentir la mujer más importante del mundo. Tu Maje, tu bruja, tu fea… Pero al fin y al cabo… tuya!», le afirmaba.

En la causa también figura un informe de la Policía que describe que Maje tuvo hasta tres amantes mientras estaba casada con Antonio: Salva; Tomás –con quien estuvo unos 11 meses antes de casarse con Antonio–; y Jose –un publicista con el que pasó la noche del crimen y con el que se fue a vivir después–. Apunta también que tras la muerte de Antonio, mientras estaba con Jose, tuvo una «aventura sexual» con un chico de Barcelona, Sergio.

En relación con Tomás, le confesó que había pensado en acabar con la vida de su esposo dos meses antes del crimen. «Quiero que se muera, le deseo un mal, esto lo va a pagar caro», afirma en mensajes de Telegram a Tomás, fechados el 4 de junio de 2017, e incorporados al procedimiento.

Según la declaración de Tomás ante la Policía, ambos mantuvieron una relación estable como pareja desde mayo de 2016 hasta marzo de 2017, cuando ella le dijo que no iba a separarse de Antonio, sobre el que además se inventó la farsa de que tenía cáncer.

A partir de marzo de 2017, la pareja de amantes siguió viéndose y manteniendo relaciones sexuales hasta octubre de ese año, momento en que dejaron de verse porque ella le decía que tenía mucho trabajo con las guardias en el hospital en el que trabajaba y con las «monjitas» que lo gestionaban.

DESDE 2015 Y PROBLEMAS CONYUGALES

Maje inició una relación con su examante a finales de 2015, tras haber contraído matrimonio con la víctima, según recoge el escrito fiscal. La acusada le contó que tenía graves problemas conyugales con su marido e, incluso, que éste le había llegado a maltratar física y psicológicamente.

En torno a junio de 2017, siempre según el mismo escrito acusador, Maje decidió acabar con la vida de su marido y preguntó a Salvador si lo haría por ella, a lo que respondió afirmativamente. A partir de ese momento, ambos convinieron en que el asesinato lo llevase a cabo él y que sería en el garanje de la vivienda, cuando la víctima fuera a recoger su coche para ir a trabajar.

Para llevar a cabo el crimen, Salvador compró en julio un cuchillo de 15,5 centímetros de hoja, de 4 centímetros de ancho y de un solo filo. A su vez, María Jesús le facilitó información sobre el número de plaza de aparcamiento, la marca del coche y la placa de la matrícula. También le dio una llave de la única puerta de acceso de peatones para que pudiera acceder al garaje y esperarlo allí para asesinarle.

La fecha acordada para matar a la víctima fue el 16 de agosto de 2017. María Jesús, con el fin de que el plan saliera adelante y de que su marido estacionara el coche en su plaza y no en el exterior, como hacía cuando estaba ocupada por su vehículo, le hizo creer que la noche del día 15 la plaza estaría libre porque tenía guardia en el hospital, algo que no era cierto.

La mañana del 16 de agosto, Salvador se desplazó hasta la vivienda, se introdujo en el garaje usando las llaves de Maje y, tras localizar la plaza, esperó a la víctima. Cuando llegó, en torno a las 7.40 horas, salió de su escondite y lo abordó súbitamente clavándole el cuchillo hasta en seis ocasiones. Finalmente lo mató.

A continuación, Salvador fue a un trastero que utilizaba en València, se cambió de ropa, tiró la que portaban en el momento del crimen a un contenedor y se deshizo del cuchillo arrojándolo a un pozo de un terreno de su propiedad ubicado en el municipio valenciano de Ribarroja.

Unas horas más tarde, sobre las 13.30 horas, Salvador y Maje se reunieron en el domicilio de la hermana de ella y él le relató los detalles del crimen. El cadáver de la víctima fue encontrado por un usuario del garaje en torno a las 15.30 horas del mismo día.

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