El Real Madrid vio frenado su positivo estado de ánimo tras ganar el pasado domingo el Clásico después de no pasar del empate sin goles este miércoles en el Santiago Bernabéu ante un férreo Osasuna, que anuló completamente el ataque del conjunto madridista, otra vez atascado en su feudo.
Volvía el equipo de Carlo Ancelotti a su feudo tras dos victorias a domicilio, la última de gran valor anímico en el Camp Nou, pero no pudo hacer sonreír a sus aficionados, frente a los que tropezó por tercer partido seguido. Tras no poder con el Villarreal (0-0) ni con el Sheriff (1-2), tampoco fue capaz ante un rival que mantuvo su condición de invicto a domicilio y que confirmó su gran inicio de temporada. No concedió demasiado el conjunto de Jagoba Arrasate, que además tuvo seguramente la mejor ocasión del duelo.
En busca de su tercera victoria consecutiva, el técnico italiano retocó su once respecto a sus dos últimas victorias con las entradas de Carvajal, Camavinga y Asensio y el equipo pareció resentirse en su engranaje ofensivo, también por mérito del conjunto ‘rojillo’, que se plantó ordenado con sus tres centrales y dispuesto a hacerle un partido largo a los locales.
Al conjunto madridista le costó un mundo hacer daño a su rival, sólo amenazado cuando el balón le llegaba a Vinicius, siempre afilado en su desborde, pero también siempre muy rodeado por dos o tres oponentes. Por su lado fue por donde más lo intentó el Real Madrid, mientras que por el derecho percutió mejor Carvajal que Asensio.
De todos modos, el primer acto fue un monólogo madridista porque Osasuna apenas se pudo desplegar hacia la portería de Courtois salvo en dos acciones muy esporádicas, sin demasiado peligro, en el tramo final. Pero aunque el partido estuvo volcado hacia el área de Sergio Herrera, las ocasiones fueron con ‘cuentagotas’.
Camavinga, que ofreció despliegue, pero le faltó la claridad de Modric en los metros finales, tuvo la primera en una transición de las que temía Arrasate y que no acertó a culminar estorbado por un defensa. Clara, pese a la finalización, fue la de Carvajal tras una buena maniobra de Vinicius dentro del área porque el de Leganés se encontró con el balón en el corazón del área, pero su pierna izquierda no le ayudó.
El Real Madrid lo intentó amparado en su casi apabullante dominio, pero los caminos estaban ‘minados’ por el planteamiento ‘rojillo’, advertido sobre dejar pocos espacios. Un potente, aunque muy centrado, disparo de Militao, y uno con más aroma de peligro, cruzado, de Vinicius, fueron los mayores sustos que recibió el equipo navarro antes del descanso.
MONCAYOLA SE TOPA CON EL PALO
Tras este, Ancelotti metió a Rodrygo por Camavinga, lastrado también por una tarjeta amarilla, para retrasar a Asensio como interior y buscar más fluidez en los metros finales. Sin embargo, en el inicio del segundo tiempo vivió el 13 veces campeón de Europa su mayor susto en un contragolpe conducido por el ‘Chimy’ Ávila y finalizado con un disparo al palo de Moncayola y con Courtois prácticamente vencido.
El serio aviso no despertó al Real Madrid, que seguía con el pleno dominio, pero al que le costaba un mundo inquietar, salvo cuando encontraba espacios para lanzar contragolpes donde la velocidad de Rodrygo empezaba a ser otra preocupación visitante. Vinicius perdía brillo, pero lo iba ganando Benzema, capaz de fabricarse una buena opción que acabó tocando el larguero.
El francés tuvo otra poco después con un disparo dentro del área que se fue fuera en minutos de asedio local ante un Osasuna que necesitaba cambios para no resquebrajarse y sujetado por Unai García y David García. Arrasate lo leyó y metió a Brasanac y Rubén García para refrescar, mientras que en el bando local optó por más ‘dinamita’ ofensiva con Hazard, Lucas Vázquez y Marcelo.
Pero no hubo mejora en el conjunto madridista y los minutos se fueron convirtiendo en otra losa para los de Ancelotti. Casemiro, en un disparo desde el centro del campo, y dos internadas de Marcelo fueron las últimas ‘balas’, de fogueo ante la coraza ‘rojilla’.