La Asociación Nacional de Transportistas de Animales Vivos ANTA, federada en FENADISMER, miembro español de la Asociación Europea de transporte de animales (ELT), advierte que la nueva propuesta de Reglamento europeo sobre el transporte de animales vivos que plantea la Comisión europea, supondría en la práctica la imposibilidad de poder continuar desarrollando su actividad.
Se plantean nuevos requisitos de imposible cumplimiento para los transportistas españoles en cuanto a los tiempos de viaje, la asignación de espacio y densidades, los límites de temperatura y la obligatoriedad de hacer el transporte en horario nocturno una gran parte de año.
Así, la propuesta de modificación del Reglamento de Bienestar Animal de la Unión Europea, que afecta el transporte de animales vivos, generará un fuerte impacto en la industria del transporte y en la sostenibilidad económica del sector, de los que cabe destacar los siguientes:
- Riesgos de la Conducción Nocturna
La nueva normativa plantea que el transporte de animales en condiciones de temperaturas extremas (>30ºC) se realice exclusivamente durante las horas nocturnas, lo que se produce en España prácticamente todos los días a lo largo de los meses de verano, así como algunos días en primavera y otoño.. Ello implicaría un riesgo significativo para los transportistas, dado que conducir de noche presenta mayores probabilidades de accidentes, teniendo en cuenta además que se transportan animales vivos. El 42% de los accidentes mortales ocurren en horarios nocturnos, principalmente debido a la fatiga, la disminución de la visibilidad y los deslumbramientos por luces de otros vehículos. Además, la conducción en condiciones nocturnas requiere un esfuerzo visual mayor, lo que incrementa la probabilidad de errores.
Entre los riesgos asociados con la conducción nocturna, pueden citarse los siguientes: 1) la reducción de la agudeza visual y del campo visual: la oscuridad puede ocultar peligros que son visibles bajo la luz del día. Los objetos oscuros se camuflan con el fondo oscuro, y la velocidad y el movimiento son difíciles de apreciar. 2) La Identificación lenta de señalizaciones: mayor tiempo para identificar e interpretar correctamente la señalización vial vertical, horizontal y de balizamiento; 3) Deslumbramiento por faros opuestos: el deslumbramiento por los vehículos que vienen de frente puede ser peligroso y desorientador y 4) Aumento de la fatiga y monotonía: Aparición prematura de la monotonía, fatiga y cansancio, especialmente entre las 4 y las 6 de la mañana donde baja nuestro nivel de alerta; 5) Mayor presencia de conductores bajo influencias nocivas: la presencia de un mayor número de conductores con efectos de alcohol, drogas, cansancio, y otros; 6) Exceso de velocidad inadecuada para la visibilidad: conductores que no adaptan la velocidad al campo visual iluminado, al conducir a una velocidad excesiva para la capacidad de nuestros ojos. y 7) Respuesta lenta de servicios de emergencia: en caso de accidente, los servicios de emergencia podrían tardar más en llegar debido a la baja visibilidad y al menor número de patrullas nocturnas.
2. Incremento de costos y emisiones
La propuesta de reducir las densidades de carga para mejorar el bienestar animal implica un aumento directo en el número de vehículos necesarios para transportar la misma cantidad de animales, triplicando las emisiones actuales.. Esto no solo elevará los costos operativos, sino que también incrementará las emisiones de CO2. Actualmente, las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte animal ascienden a 116,263 toneladas métricas de CO2, y con las nuevas restricciones, estas emisiones podrían aumentar dramáticamente a 406,920 toneladas métricas. Este cambio contradice los esfuerzos globales por reducir el impacto climático.
- Problemas logísticos y económicos por la reducción de densidades en los vehículos
El análisis de las densidades propuesto en la normativa evidencia que, al reducir el número de animales por vehículo, se requerirá multiplicar la actual flota en un 2.4 veces. Este incremento, además de elevar los costos de transporte (combustible, mantenimiento y personal), supondrá una inversión significativa en vehículos adicionales, lo que afectará negativamente la rentabilidad del sector. Las especies más afectadas serán el ganado porcino y bovino, que ya enfrentan altos costos de transporte.