El Papa ha continuado con su ciclo de catequesis dedicado a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia y ha instado a trabajar «con urgencia» en políticas que premien la solidaridad y el cuidado al tiempo que ha defendido la «ternura» como la prueba de la presencia de Dios.
«Hay que seguir adelante con ternura. Es la prueba de la presencia de Dios» ha señalado el pontífice en la audiencia general de este miércoles en el patio de San Dámaso del Vaticano. El pontífice se ha prodigado entre los fieles sin mascarilla en este lugar del palacio Apostólico con capacidad para unas 500 personas donde se han trasladado las citas públicas de los miércoles para evitar grandes aglomeraciones de la plaza de San Pedro.
El Papa ha dejado claro que «para salir de la pandemia» no solo hay que encontrar la vacuna contra el coronavirus sino que hay que dar con la cura para «los grandes virus humanos y socioeconómicos». Así, ha pedido a la sociedad una regeneración que Deje atrás la llamada «normalidad» que, según ha denunciado, «estaba enferma de injusticias, desigualdades y degradación ambiental».
De este modo ha señalado que la pandemia solo ha evidenciado «la gran desigualdad que reina en el mundo: desigualdad de oportunidades, de bienes, de acceso a la sanidad, a la tecnología…» que ya estaba presente en el mundo.
El Papa ha puesto el foco en la causa principal de estas injusticias que «no son naturales ni inevitables» que según ha señalado es «un modelo de crecimiento alejado de los valores más profundos». Y ha agregado: «Para salir de la pandemia, tenemos que encontrar la cura no solamente para el coronavirus, sino también para los grandes virus humanos y socioeconómicos. Y ciertamente no podemos esperar que el modelo económico que está en la base de un desarrollo injusto e insostenible resuelva nuestros problemas».
De otro lado, ha denunciado las prácticas de los «falsos profetas» que «siguen prometiendo el efecto cascada que no llega nunca» al incidir en que el sobrante de la economía nunca acaba de calar entre los más vulnerables de la sociedad. Por ello, ha instado «a trabajar con urgencia para generar buenas políticas, diseñar sistemas de organización social en la que se premie la participación, el cuidado y la generosidad, en vez de la indiferencia, la explotación y los intereses particulares».