El Papa: «Un sacerdote mundano no es otra cosa que un pagano clericalizado»

Redacción

El Papa ha arremetido contra la «idolatría» que se esconden bajo la cultura de la mundanidad espiritual que se basa en «lo efímero» y «la apariencia» y ha criticado a los sacerdotes que «buscan la propia gloria» y cuyo criterio se basa en «un triunfalismo sin Cruz».

«Un sacerdote mundano no es otra cosa que un pagano clericalizado», ha destacado el Papa en la homilía de la misa Crismal de Jueves Santo que ha concelebrado con los sacerdotes de la diócesis de Roma en la Basílica de San Pedro.

Esta ceremonia marca el primer día del Triduo Pascual, cuando los cristianos conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y que constituye el momento central de la Semana Santa.

El Papa ha leído la homilía sentado, como ya hizo durante la misa del Domingo de Ramos, en la que además no participó en la tradicional procesión desde el obelisco en el centro de la plaza hasta el altar. El dolor agudo que sufre en la rodilla le impide estar de pie durante demasiado tiempo y, tal y como reconoció él mismo en la rueda de prensa de regreso de su último viaje a Malta, también tiene «problemas de deambulación, de caminar».

El Pontífice ha reflexionado sobre lo que significa ser sacerdote y ha dicho que «deben servir, con una conciencia limpia» porque la gente «se lo merece e incluso lo necesita». Del mismo modo, ha instado a los sacerdotes a que no desprecien la «Sangre preciosa» de Cristo con «una conducta que no sea digna». Así, ha enumerado tres espacios de «idolatría escondida» que afectan a la tarea del sacerdote. Además de la cultura de la espiritualidad mundana, Francisco ha nombrado también «la primacía al pragmatismo de los números» , que denotan los que aman «las estadísticas». El Pontífice ha alertado de que la excesiva atención a los números puede «borrar todo rasgo personal en la discusión» y se acaba dando la preeminencia «a las mayorías que, en definitiva, pasan a ser el criterio de discernimiento». «Éste no puede ser el único modo de proceder ni el único criterio en la Iglesia de Cristo», ha avisado el Papa.

Por último, el pontífice ha arremetido contra «el funcionalismo» que preconiza «la eficacia» por encima de todo. «El sacerdote con mentalidad funcionalista tiene su propio alimento, que es su ego», ha asegurado. Para el Papa, esos tres espacios de idolatría escondida (cultura de lo mundano, pragmatismo de los números y funcionalismo) reemplazan «la esperanza, que es el espacio del encuentro con Dios» y en su lugar ponen por delante «la constatación empírica».

Durante la celebración litúrgica, el Papa ha bendecido los santos óleos utilizados para sacramentos como la confirmación, ordenación sacerdotal y unción de enfermos.

Este domingo de Ramos el Papa dio inicio a la Semana Santa en Roma, la primera después de dos años de pandemia, con ceremonias multitudinarias como las que se solían celebrar antes de que el coronavirus impusiera restricciones también en la Santa Sede.

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