El Partido Republicano está a un paso de recuperar el control de la Cámara de Representantes tras las elecciones de mitad de mandato de este martes, aunque la «ola» republicana que se esperaba esta lejos de hacerse realidad, ya que la mayoría en la Cámara Baja podría ser muy estrecha y queda aún por decidirse el resultado en el Senado.
Hasta ahora cada uno de los dos partidos se ha asegurado 48 puestos en el Senado, que renovaba este martes un tercio de sus miembros. El Partido Republicano necesita 51 senadores para garantizarse la mayoría, mientras que al Partido Demócrata le bastan 50 por el voto de calidad que tiene la vicepresidenta, Kamala Harris, como presidenta de la Cámara.
En la Cámara de Representantes, que se renueva al completo, el Partido Republicano cuenta con 204 puestos seguros, por los 176 de los demócratas. El que llegue a 218 se garantiza el control de la Cámara. El resultado final podría tardar días en conocerse debido al voto por correo, los recuentos y los posibles recursos judiciales.
Desde la Segunda Guerra Mundial, de media el partido que controlaba la Casa Blanca perdía 26 asientos de la Cámara de Representantes: Barack Obama perdió 63 en 2010 y Donald Trump, 40 en 2018.
Con estos datos en la mano, las encuestas han fracasado en su intento de predecir el resultado de estas ‘midterm’ y los analistas daban por hecho que la preocupación por la criminalidad y la inflación sería el viento a favor que daría a los republicanos una clara victoria.
La prensa estadounidense habla ya sin tapujos de sorpresa para referirse a los comicios y destaca las derrotas incuestionables de las iniciativas sometidas a referéndum para endurecer el aborto que defendían el líder republicano, Donald Trump, y sus afines.
Los electores de Michigan, California, Vermont y Kentucky han apoyado medidas a favor del derecho al aborto en rechazo a lo que la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU) ha calificado de «intento extremista de prohibir permanentemente el aborto».
Tambén es significativa la victoria de John Fetterman en la dipsuta por un escaño en el Senado en Pensilvania, tras derrotar al famoso y médico republicano Mehmet Oz. En Wisconsin el candidato republicano, Ron Johnson, sí ha logrado revalidar su mandato a pesar de ser uno de los objetivos declarados del Partido Demócrata y su candidato, Mandela Barnes.
UN RESULTADO AGRIDULCE
Pese a la alegría por los resultados mucho mejores de los que pronosticaban las encuestas, los demócratas tienen pocos motivos para el optimismo, ya que si se confirma el control republicano de la Cámara de Representes se resentirá gravemente la agenda legislativa del presidente Joe Biden.
En el horizonte se podría desatar un nuevo enfrentamiento por el techo de gasto, con un Partido Republicano proclive a limitar el endeudamiento de la Administración, lo que podría limitar gravemente los plantes de Biden. También podría provocar una oleada de comisiones de investigación contra Biden y su gobierno por su actuación bajo la batuta de Kevin McCarthy como nuevo presidente de la Cámara.
Una de las posibles claves de esta sorpresa sería la participación, que ha crecido de forma importante en estados como Georgia, donde los candidatos a senador Raphael Warnock y Herschel Walker tendrán que esperar a la segunda vuelta de votación, prevista para el 6 de diciembre, para saber quién tendrá un escaño reservado en el Senado, en Washington.
Restan también los resultados en Arizona y Nevada, donde los actuales senadores demócratas podrían ser desbancados por sus rivales republicanos para dar al Gran Viejo Partido, como se lo conoce coloquialmente, el control de la Cámara Alta del Capitolio.
Sí se ha confirmado Florida como bastión del Partido Republicano, con las victorias del gobernador Ron DeSantis, posible rival de Trump en las primarias por la candidatura presidencial de 2024, y del senador Marco Rubio, una de las voces más importantes de la formación en cuestiones de inmigración y relaciones exteriores con América Latina.