Se ha oído muchos días estos días en prensa que durante la Feria de Abril de Sevilla se han identificado a numerosos adolescentes que estaban empleando el cloretilo (o cloruro de etilo) como una sustancia más de abuso, para colocarse, y mezclándolo con otras drogas como el alcohol, cuando se trata de un producto sumamente peligroso para la salud.
Para conocer un poco mejor al cloretilo entrevistamos en Europa Press Salud al presidente de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del dolor (SEDAR), al doctor Javier García, quien nos recuerda que, originalmente, fue un gas hidrocarburo halogenado anestésico general usado para hacer anestesias generales hace más de 70 años, pero que se dejó de utilizar porque producía mayor muerte anestésica que el resto de gases.
«En ese momento se descartó porque era muy tóxico, y salieron otros gases anestésicos generales muchos más seguros y con menos efectos secundarios, y se dejó de usar. Pero hace unos años se usa de forma distinta, que nada tiene que ver, para un uso absolutamente tópico, y para indicaciones que nada tienen que ver», remarca.
SÓLO INDICACIÓN TÓPICA HOY EN DÍA
Actualmente, destaca el doctor García, el cloruro de etilo es un gas cuya única indicación es tópica, es decir, que no está para ser ingerido, ni inhalado, sino que es una sustancia que se debería aplicar sólo en la piel y para generar un efecto frío. «Este gas al contactar con la piel genera frío, lo que se llama ‘crioanalgesia’, porque dejas de sentir la piel y se ha utilizado para pinchar al enfermo y que no lo note, o hacer una pequeña incisión o limpieza de una cura, o para hacer analgesia tras una lesión»
Así, indica este experto que el cloretilo, localmente, genera una cierta analgesia que quita ese dolor, y por otro lado, cierta insensibilidad, que permite manipular esa piel. «Pero no hay ninguna autorización hoy día para hacer el uso como droga de abuso. Nadie debería ingerirlo, ni inhalarlo», mantiene.
CONSECUENCIAS DE SU USO: LA MUERTE O ALTERACIONES CEREBRALES
Con ello, el doctor García avisa de que hacer esto puede conllevar la muerte porque no se sabe qué cantidad se consume de la sustancia; pero igualmente peligroso es, tal y como advierte, si se consume con otras drogas, como el alcohol o con otros psicotrópicos. «La potenciación y multiplicación de sus efectos en este caso son impredecibles. Tienes desde la muerte, hasta en los casos más leves efectos de alteración del nivel de conciencia, es decir, somnolencia, euforia, y todo lo que psicológicamente una persona pueda experimentar. Efectos neurológicos muy diversos dependiendo de la persona», remarca.
Pero también sostiene que el cloretilo es una sustancia tóxica que puede generar un daño estructural en el cerebro, dependiendo de las dosis y de las veces que se haya empleado. «Esto no es que sólo inhalo una cosa y tengo una sensación extraña y después me quedo como estaba. Si no que dependiendo de cómo y cuánto lo uses puedes acabar teniendo alteraciones orgánicas del cerebro, e incluso trastornos psiquiátricos o psicológicos después», mantiene el presidente de la SEDAR.
Aquí recuerda que se trata de una sustancia que también se puede emplear para la sumisión sexual entre los jóvenes, al generar alteraciones cognitivas; aparte de que puede generar hipoxia en el cerebro, que no le llegue oxígeno, teniendo como consecuencia el coma respiratorio o incluso daño hipóxico permanente del cerebro; así como trastornos cardiacos, o alteraciones neurológicas como ataxias o temblores, o incluso daños hepáticos. «Es impredecible la cantidad de daños que puede acabar generándote, y a diferentes niveles en tus órganos, y que no se pueden predecir», apunta el doctor.
CUIDADO CON SU ACCESIBILIDAD
En último lugar, el presidente de la Sociedad Española de Anestesiología alerta de su accesibilidad, «es muy barato», cuesta unos diez euros, y dice que lo puede comprar cualquiera, «un grave problema cuando se está convirtiendo en droga de abuso, especialmente entre adolescentes».
«Lo barato y fácil se sabe que es una de las causas para que este tipo de sustancias se conviertan en una droga de abuso entre adolescentes, y es un tema que convendría alertar para que quien pueda tomar las medidas correspondientes lo hiciera», concluye.
Sobre este punto también coinciden desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, tal y como nos aseguran en otra entrevista con Europa Press Salud Infosalus: «Hemos trasladado nuestra preocupación a la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre las posibles prácticas de abuso del cloruro de etilo, y la preocupación por este hecho».
«El cloretilo se utiliza en el ámbito deportivo para atenuar el dolor mediante el frío, al provocar un efecto de anestesia a nivel local en la piel. Es una sustancia con actividad anestésica local, debido a que al evaporarse rápidamente tras su aplicación en la piel genera una sensación de frío local. Por ello, está indicado en medicina deportiva para atenuar el dolor mediante frío, y uso previo a técnicas invasivas rápidas e intervenciones quirúrgicas menores. No obstante, su inhalación puede dar lugar a un efecto narcotizante, con el posible riesgo de desvío a un uso ilícito con tintes recreativos», avisan los farmacéuticos.
VARIOS CANALES DE VENTA
A su vez, señalan que «el cloretilo está calificado como ‘producto sanitario'», no estableciéndose por tanto en la legislación un canal de venta especifico, pudiéndose vender en establecimientos de distinta índole, entre los que se incluyen las farmacias comunitarias. «Tampoco existe ninguna limitación a su venta a distancia a través de páginas web», alertan.
Los espráis a base de esta sustancia no son medicamentos, tal y como apunta, sino que se trata de productos sanitarios que se pueden encontrar en distintos canales de venta, incluidas las farmacias, y que además no requieren de receta médica. «Desde la Organización Farmacéutica Colegial se ha dado traslado en el pasado a la autoridades sanitarias de la preocupación de la farmacia comunitaria al respecto de los riesgos de abuso de esta sustancia», concluyen.