El Museo del Prado ha presentado la exposición monográfica ‘Paret’, del 24 de mayo al 21 de agosto, que reúne más de 80 obras de un pintor que para la Historia del arte ha quedado en segundo plano debido a la coincidencia en el tiempo con «uno de los grandes gigantes del arte occidental», Goya.
«No se trata de jugar a las vidas paralelas ni de quien fue mejor, pero para una buena comprensión de la España del siglo XVIII sí que podemos decir que Paret es tan o más importante que Goya», ha señalado el director de la pinacoteca, Miguel Falomir, durante la presentación de la exposición.
Curiosamente, tanto Paret como Goya nacieron en el mismo año (1746) e incluso ingresaron también en la misma fecha a la Academia de Bellas Artes y compartieron patrono, el infante Don Luis.
No obstante, Goya fue más longevo –Paret falleció en el año 1799, misma época en la que el pintor zaragozano empezaba su serie de ‘Caprichos’–, si bien hasta ese final de siglo ambos habían sido «iguales de sorprendentes y novedosos».
«Paret muestra una España distinta, más comprometida con la ciencia –era infinitamente más culto–, además de tener conexiones con un mundo europeo que no son solo de la alta nobleza o de chulapos y majas. Es importante recordar que en el pasado había distintas propuestas estéticas que convivían, porque se tienden a uniformizar», ha defendido Falomir.
La muestra propone un recorrido completo por la carrera de Paret y se divide en nueve secciones. Precisamente, en la sección primera se compara un dibujo clave de su etapa inicial con la primera pintura documentada de Goya, ambas, además, sobre un asunto de la historia de Aníbal.
El resto de secciones incluyen un pequeño grupo de dibujos tempranos de Paret, dibujos coloridos de aves para el hermano de Carlos III, retratos, paisajes –donde priman los puertos del País Vasco– o pinturas religiosas.
La exposición se cierra con el cuadro, sin terminar, del ‘Jardín Botánico desde el Paseo del Prado’, que representa la vista de la entrada al jardín situado en las inmediaciones del museo.
«Cada vez que ponemos en marcha este tipo de exposiciones nos preguntamos si el artista vale la pena, porque es una inversión de tiempo y dinero importante. Y en este caso, la respuesta fue afirmativa por varias razones», ha señalado el director del Prado, recordando que Paret fue conocido como el ‘Watteau’ español –famoso pintor del último periodo del barroco francés–.
«A Paret se le reconoce por su calidad, por ir en la línea del museo de hace tiempo de arriesgar presentando aspectos novedosos de la Historia del arte, por su valor social como cronista de la España de mitad del siglo XVIII y por permitir una reflexión de cómo se construye la historia del arte española, saliendo de ese AND de adhesión al realismo y al tremendismo», ha indicado.
Falomir ha empleado palabras como «sofisticación, elegancia, cosmopolitismo o humor» para definir la obra de Paret, a quien considera un «pintor totalmente distinto y que aparece como isla aparte» en esa época de la pintura española. «A veces da la sensación de que un ovni se hubiera posado en el planeta en esa época de la pintura», ha ironizado el director de la pinacoteca.
En la trayectoria de Paret fue muy importante su cercanía al infante don Carlos, que acabó pagando con un destierro de tres años en 1775 a Puerto Rico por su supuesto encubrimiento de los amoríos de su protector. Ese lunar negro en sus 33 años de carrera profesional fue saldado por la Corona española posteriormente con encargos periódicos de Carlos III y Carlos IV.