La escritora rusa Liudmila Ulítskayaha ha sido galardonada con el Premio Formentor de las Letras 2022, según ha anunciado este jueves, 28 de abril, el jurado del galardón, reunido en Lanzarote (en la casa de José Saramago), que hace constar en el acta que la obra de la ganadora, a la que define «como una de las escritoras más profundas y de mayor alcance de la literatura rusa contemporánea», se caracteriza por su «poderoso aliento narrativo».
Ulítskaya (nacida en 1943, en los Urales), se graduó de la Universidad de Moscú con una Maestría en Biología. Trabajó en el Instituto de Genética como científica. Poco antes de la Perestroika se convirtió en directora de repertorio del Teatro Hebreo de Moscú (1979-1982) y guionista.
Hizo su primera aparición en el escenario literario en la década de 1990, cuando publicó varias colecciones de cuentos llenos de rico colorido y detalles psicológicos. Actualmente, Ulítskaya es autora de quince libros de ficción (más de 4.500.000 ejemplares vendidos en todo el mundo), de tres cuentos para niños y de seis obras de teatro representadas en varios teatros de Rusia y Alemania. Sus libros han sido traducidos en más de quince países.
Ludmila Ulítskaya, escritora rusa cuyos antepasados judíos eran de Ucrania, vive en Berlín desde marzo de 2022.
En esta edición, el jurado del Premio Formentor de las Letras ha estado formado por Elide Pittarello, Marta Rebón, Gustavo Guerrero, Enric Bou y su presidente Basilio Baltasar, según ha dado a conocer la institución.
En su acta, el jurado reconoce su «poderoso aliento narrativo con que registra las más sutiles emociones del alma humana», así como «la sensibilidad con que cuenta la epopeya de las personas arrojadas al laberinto del mundo, por la delicadeza con que rehabilita la dignidad de los hombres y mujeres sometidos al despótico azar de la desdicha, por la soberbia índole de sus personajes y su ondulante, aguda y deslumbrante conversación».
«Como heredera de la tradición narrativa de su país, Ulítskaya ha actualizado con su enérgica prosa el legado de una formidable destreza novelesca. El panteón literario ruso despliega en la obra de Ulítskaya la admirable maestría de una influencia que elabora, expande y recrea como parte de la literatura europea», prosigue el acta.
El jurado también destaca aspectos de su obra como «su ética de la responsabilidad caritativa» y enfatiza en que las novelas de Ulítskaya «plantean preguntas incómodas que conciernen por igual a vencedores y vencidos, héroes y traidores, asesinos y víctimas». «Con un alto contenido moral y religioso –cuyas fuentes encuentra en el judaísmo y el cristianismo– la obra de nuestra escritora explora las ambiguas y complejas relaciones entre el bien y el mal», precisa.
Además, el jurado considera que «su formación profesional como bióloga y genetista dota a su voz narrativa de una singular penetración, una modalidad literaria precisa y detallista» y apostilla que, «con un lenguaje conmovedor, atenta a los aspectos inadvertidos de la vida cotidiana, Ulítskaya dibuja grandes frescos que son simultáneamente delicadas miniaturas y visiones panorámicas».
LA COMPLEJIDAD DE LA VIDA EN RUSIA
En este sentido, indica que la autora «escribe y describe con exquisita ironía y ternura la complejidad de la vida en Rusia antes, durante y después del periodo soviético y aborda en su extensa obra, sin complejos, subterfugios ni reticencias, la personalidad, rasgos y cualidades de la mujer que resiste, esquiva y desmiente la vulgaridad de los tópicos».
«Ulítskaya puede ensamblar lo heterogéneo y lo fragmentario y dar testimonio del difícil arte de vivir atravesando incontables vicisitudes. En sus novelas, cuentos y obras de teatro actúan personajes de toda edad, procedencia, etnia, clase social, credo, oficio, orientación sexual o género. Recibiendo todos ellos, los marginados y los inconformistas, los forasteros y los oprimidos, la vigorosa, audaz y compasiva mirada de la autora», concluye el acta.