El escándalo estalló este lunes en la Superliga de Turquía. Faruk Koca, presidente del Ankaragücü, bajó al campo de juego -tras el empate de su equipo con Rizespor- y le propinó un puñete al árbitro Halil Umut Meler.
De acuerdo con las imágenes vertidas por las redes sociales y los medios de comunicación turcos, Koca invadió el campo y le lanzó un puñetazo al juez principal, quien cayó noqueado.
No contento con ello, el presidente -junto con otros dirigentes- le siguió propinando patadas y puñetes a Halil Umut Meler, quien solo atinó a incorporarse nuevamente y buscar salir del lugar.
Segundos después, los otros árbitros llegaron al campo para defenderlo y lo llevaron a una ambulancia, para luego ser trasladado a un hospital de la ciudad.
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El ministro de Juventud y Deportes, Osman Aşkın Bak, indicó que las imágenes «no se adaptan al espíritu del deporte y del fútbol turco». En tanto, el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, afirmó que Koca será detenido después de su tratamiento en el hospital.
También lanzó su protesta el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan, quien condenó el puñetazo. «Condeno el ataque al árbitro Halil Umut Meler después del partido entre MKE Ankaragücü y Çaykur Rizespor disputado esta tarde y le deseo una pronta recuperación. El deporte significa paz y hermandad. El deporte es incompatible con la violencia. Nunca permitiremos «Hay violencia en los deportes turcos», afirmó.