Si algo me gusta en una buena mesa, es una botella de Albariño y pulpo a la gallega con cachelos. Hace un mes se me ocurrió ver el documental “Lo que el pulpo me enseño” y me quede impactado. Para empezar, aquel anuncio en que varios jugadores admitían “pulpo como animal de compañía” mirando al dueño del juego como si no supiese lo que decía, pues resulta que he descubierto que el dueño del juego llevaba razón, el pulpo puede ser un animal de compañía como demuestra el documental.
La inteligencia del pulpo
Los pulpos son los invertebrados con el cerebro más grande con más de 100 millones de neuronas, de las cuales solo unos veinte millones están en el cerebro, los 80 millones restantes los tiene repartidos por los tentáculos, de tal manera que cada uno se sus ocho tentáculos es en sí mismo un cerebro con capacidad para tomar decesiones de una manera autónoma. Su inteligencia guarda muchas similitudes con los humanos.
Son capaces de desenroscar el tapón de una botella, capaces de escapar de un tanque de agua e ir al de al lado para comerse un pez y volver a su tanque como si nada hubiese pasado. Reconocen a personas y como tu y yo, se aburre si no tiene nada que hacer por eso en la Academia de Ciencias de California tienen que inventarse puzles para que los pulpos no se aburran. Para lo pulpos los laberintos son juego de niños.
Los pulpos tienen tres corazones (nosotros solo tenemos uno y lo usamos poco) y su sangre tiene un color azul porque no tienen hemoglobina sino hemocianina para transformar el oxigeno y la culpable del color azul porque contiene cobre.
Los científicos saben que los pulpos son muy inteligentes, pero no saben como ha evolucionado para llegar al grado de inteligencia que tienen. Son capaces de recolectar cascaras de coco para usarlas como escondite en el fondo del mar. Por todo esto están considerados como “vertebrados honorarios” estableciendo reglas éticas para su uso en experimentos.
El pulpo en peligro grave extinción
El pulpo está en un grave de extinción por destrucción de los corales y su hábitat natural, pero principalmente por la sobra pesca para emplear su tinta en uso industrial, y por su carne. Hasta hace unos el pulpo se comía casi exclusivamente en las costas, hoy se le considera un manjar en muchas culturas que antes no lo comían, por ejemplo, la japonesa.
En España se consume tanto pulpo que por ejemplo que las empresas gallegas que se dedican al pulpo ya importan más de 20 veces que lo que capturan, las importaciones llegan de Marruecos, Portugal, Mauritania e incluso de Filipinas.
Se da el contra sentido que muchísimo del auténtico pulpo gallego se exporta a otros países, como Italia.
Por todo esto antes de pedir pulpo piensa es que un animal de compañía y se extingue. ¿Tú te comerías a tu gato o tú perro?
Yo sigo con el Albariño y en vez de pulpo un buen jamón.