El Real Madrid doblegó con autoridad (4-1) al Villarreal este domingo en la jornada 17 de LaLiga EA Sports, el último partido de 2023 en el Santiago Bernabéu, una goleada sin discusión para tomar el liderato a falta de lo que haga el Girona.
El conjunto blanco no tuvo piedad de un ‘submarino’ aún lejos de lo que espera Marcelino García Toral en su misión de reactivar el amarillo. Los goles de Jude Bellingham, Rodrygo, Brahim y Luka Modric hicieron justicia en el marcador con la amplia diferencia entre ambos equipos, con el Madrid líder en 42 puntos, por los 41 de un Girona que juega el lunes contra el Alavés, y siete más que un FC Barcelona que empató el sábado en Mestalla.
Los de Carlo Ancelotti apenas encontraron oposición en el ‘submarino’. El Madrid dominó desde el principio y no dejó de llegar a la meta rival, con muchas ocasiones y un 2-0 al descanso. Al complejo de inferioridad amarillo, se le sumaron las lesiones de Álex Baena y Gerard Moreno, ambos aguantando demasiado en el campo cuando se veía que no estaban al 100%. Morales apareció una vez más pero el Villarreal se fue de la capital con otro saco de goles por su debilidad atrás y tres puntos por encima del descenso.
El gran objetivo de Marcelino queda aún lejos porque su equipo no cuida el balón, el Madrid robó mucho y montó ataques con facilidad, y hace aguas también a balón parado. De un inicio visitante con imprecisiones, no tardó en sacar llegadas el cuadro local, con un larguero de Luka Modric como primera clara.
Tocando se asomaron también los blancos y Bellingham acudió a su cita para hacer el 1-0 esta vez de cabeza. El inglés fue quien abrió el juego a Lucas Vázquez, en una jugada que volvió a él tras un pase de primeras de Modric. No estuvo fino atrás el Villarreal, ni tampoco Filip Jorgensen tuvo su habitual par de intervenciones.
El danés no acertó ante un Bellingham que sigue comparándose con los mejores debutantes de la historia de la Liga. El Madrid siguió a los suyo mientras Baena terminó de pedir el cambio. Moreno también parecía cojo, pero el delantero no lo hizo hasta el descuento. Mientras, Ancelotti también perdió una carta, la de un David Alaba que se lesionó peligrosamente la rodilla izquierda.
En un saque de esquina, tras un barullo en el que nadie de amarillo acertó a despejar, llegó el 2-0 de Rodrygo en el minuto 37. Los de Marcelino regalaron atrás y arriba no comparecieron, en parte por esos contratiempos, siendo Ilias el único activo. La respuesta amarilla no pudo ser otra que Morales, el ‘Comandante’ del técnico asturiano y autor de los cinco goles en Liga desde su llegada.
EL MADRID TERMINA GUSTÁNDOSE
El octavo tanto del ariete en menos de un mes, con el primer juego entre líneas de los visitantes con Parejo y Terrats, amagó con cambiar el guion blanco, pese a ser la primera vez que Lunin, titular por Kepa, tenía trabajo. Fueron 10 minutos de partido en tierra de nadie, hasta que Brahim se guisó el 3-1, haciendo salir de su zona a Mandy y después recortando también a Cuenca. El Madrid se volcó en la presión y Modric hizo el 4-1 a renglón seguido.
Los de Ancelotti sentenciaron en otro arreón el último compromiso en casa del año, un Bernabéu cada vez más cerca de lucir su nueva cara, con techo incluido. El técnico italiano dejó unos minutos para el regreso de Tchouameni y bajó las pulsaciones de un Bellingham picado pese a la goleada, por una amarilla y una falta que no le pitó Figueroa Vázquez. El inglés tuvo más sangre eso sí que un ‘submarino’ que debería enojarse más consigo mismo.