El Museo Reina Sofía explora la historia de la fotografía documental entre las revoluciones comprendidas entre 1848 y 1917 a través de 500 obras en la exposición ‘Genealogías documentales’, que se podrá visitar entre el 16 de noviembre y el 27 de febrero.
Fotos de todo tipo, álbumes, publicaciones y daguerrotipos componen la muestra que está comisariada por Jorge Ribalta, quien destaca que si bien el nacimiento del documental como género artístico propiamente dicho sea un producto de la década de 1920, «retrospectivamente, se puede afirmar que la función documental es tan antigua como la fotografía misma».
En declaraciones a Europa Press Televisión, el comisario de la exposición, Jorge Ribalta, ha destacado que la exposición cuenta con más de 50 prestadores. «Es una exposición bastante única, es muy difícil de hacer, y este tipo de muestras lo van a ser cada vez más», ha indicado Ribalta, puesto que muchas de las imágenes deben permanecer en la oscuridad durante un tiempo para su conservación.
Además, esta muestra se ha realizado a partir de una investigación con la que se cierra un ciclo iniciado en el museo en 2010 con la exhibición sobre el movimiento de la fotografía obrera del periodo de entreguerras y continuado en 2015 con otra sobre la reinvención del documental en los años setenta. Además, en 2018, se llevó a cabo la retrospectiva sobre el trabajo de Marc Pataut realizado en la región parisina en la década de 1990 durante el surgimiento del movimiento altermundialista.
En esta ocasión, la tercera planta del Edificio Sabatini de la pinacoteca alberga la exposición de medio millar de obras, muchas procedentes de museos instituciones internacionales, de temáticas relacionadas, entre otros aspectos, con las clases proletarias, las reformas urbanísticas de la época, las revueltas populares o los proyectos de denuncia social surgidos en el periodo que abarca la muestra.
Así, en las diferentes secciones del recorrido se exhiben imágenes de individuos en actitudes corrientes, como los personajes andaluces de Robert P. Napper, los callejeros del París de Charles Nègre, la serie de pescadores de Newhaven de Adamson y Hill, o las fotografías de mineros de George Bretz y de la multitud de obreros del Canal de Isabel II, en vistas tomadas por Charles Clifford.
También se analiza las grandes reformas urbanísticas y las ciudades del momento, que fueron captadas por la fotografía naciente. La exposición incluye las tomas que, de Viena, hizo Ferdinand Ritter von Staudenheim, el París de Charles Marville o las obras de la Via Laietana de Barcelona.
Otra de las grandes cuestiones que la cámara fotográfica se ocupó de registrar fueron los eventos de reforma y revuelta, como el de 1848, momento revolucionario del que subsisten algunos daguerrotipos; y más adelante durante la Comuna de París de 1871, en la Semana Trágica de 1909 en Barcelona o en las revoluciones rusas de 1905 y 1917.
Igualmente, la muestra atiende igualmente a los usos más directamente instrumentales de la fotografía, el proyecto de denuncia social de Lewis Hine en contra del trabajo infantil, en la década de 1910, o las fotografías empleadas con pretensión de descripción supuestamente objetiva en las disciplinas de la antropología y la criminología, así como en el diagnóstico médico.
De este modo, se exponen, entre otros, los trabajos criminológicos de Alphonse Bertillon, la fotografía asociada a las teorías clínicas del doctor J.M. Charcot, así como obras etnográficas de Bronislaw Malinowski.