El Rototom Sunsplash ha finalizado su edición del «reencuentro» en la que ha unido a 211.000 asistentes de 77 países y ha llegado online a 2,8 millones de personas. Las retransmisiones en vivo desde los distintos canales digitales han logrado sumar más de 650.000 horas de streaming.
Durante una semana, 211.000 personas de 77 nacionalidades de los cinco continentes se han dado cita en el recinto de conciertos de Benicàssim (Castellón). La mayoría han llegado de España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, aunque se ha unido también público de Uruguay, Egipto, Tailandia, Kenia, Haití, Indonesia, Vietnam, Islandia, Nueva Zelanda o Trinidad y Tobago, entre otros muchos, según ha informado la organización en un comunicado.
El festival despide su edición número 26, la del lema ‘We must change the world’, que ha vuelto «a crear la atmósfera de diversidad, interculturalidad y compromiso» que hace de la cita musical «una experiencia global sin límite de edad».
Desde la organización destacan que ha sido una «edición especial» por el reencuentro que ha supuesto para una comunidad «planetaria» que «deseaba volver a vivir la experiencia Rototom Sunsplash». También por «la resiliencia puesta a prueba» al público que «ha esperado y confiado durante estos dos años de parón obligado».
La organización ha destacado la reacción «ejemplar» de los asistentes al festival cuando en las últimas horas de la segunda jornada del festival –el miércoles 17 de agosto– el recinto de conciertos tuvo que ser desalojado de manera preventiva, y afortunadamente sin incidentes, por el temporal de viento.
«La reacción fue colectiva y ejemplar; evidenció que en la dificultad nace la unión, y que Rototom tiene un público implicado ya no solo con la cita musical en sí, sino con el universo y la filosofía que ha construido. Sienten esto como una parte de sus vidas», señalan desde la organización.
DE BENICÀSSIM PARA EL MUNDO
El festival subraya en su balance que ha rebasado los límites del recinto de conciertos gracias a la retransmisión vía streaming de los shows del Main Stage y el Lion Stage y de los principales debates y sesiones de la Reggae University durante la semana. Los tres canales habilitados han acercado el Rototom Sunsplash a 2.835.000 personas de todo el mundo, que han seguido en vivo el día a día del certamen vía web y redes sociales. Una audiencia que ha sumado seguidores de 90 países para disfrutar de más de 650.065 horas de retransmisiones en vivo desde los distintos canales digitales del festival.
Estas siete jornadas de festival han sumado cerca de 200 conciertos y sesiones. Igualmente, han sido varios los artistas que, integrando o no el cartel de este año, se han desplazado igualmente a Benicàssim para vivir el festival –como ha demostrado, entre otros ejemplos, la presencia de Green Valley–, o para ayudar a construirlo desde otras plataformas ajenas a lo estrictamente musical, como plasman las colaboraciones en las sesiones de la Reggae University, en las que el público ha podido disfrutar de diálogos cercanos con Julian Marley, Horace Andy o Luciano.
FESTIVAL DIURNO Y FAMILIAR
En las áreas culturales se ha concentrado la actividad diaria, desde la apertura del recinto hasta la puesta de sol marcando el inicio de los conciertos y la transición hacia la programación nocturna. El público infantil, adolescente y familiar ha encontrado en Magicomundo, la Teen Yard, el Mercado Artesano, Pachamama y Jamkunda, con sus sesiones de baile afro, una «intensa» agenda para ‘festivalear’ en equipo y «demostrar que Rototom Sunsplash es una experiencia que une generaciones».
La Teen Yard, el área para las y los adolescentes, que sigue creciendo en programación, ha atraído también a sus múltiples talleres a público adulto. «Ahí radica el aperturismo del festival, al que contribuye sin duda la actitud de quienes nos visitan cada año: su implicación, su visión global y sus ganas de aprender y de aportar también», apuntan desde la organización.
La edición ‘We must change the world’ deja otros hitos, como el de haber convertido al Rototom Sunsplash en el primer festival en Europa que mide, verifica y certifica –por parte de Aenor– su huella de carbono gracias a un proyecto implementado por Tuawa y Global Omnium.
El certamen refuerza así su compromiso ambiental, plasmado ya en el hecho de ser un evento plastic free. Ha eliminado un año más las botellas de agua –en esta edición se han ahorrado 140.000 unidades, lo que equivale a más de 39 toneladas de CO2 que dejan de emitirse a la atmósfera– y ha instalado más fuentes y casetas de recarga hídrica, con la colaboración y participación en esta logística de Tuawa+Global Omnium, y de Ecozona Iberian.
Además, el festival ha abogado por su sistema de vasos reutilizables y con fin solidario ya que toda la recaudación se destinará a Casda y Conquistando Escalones para respaldar una investigación «esperanzadora» en la lucha contra el SIDA.
El compromiso social del festival se ha trasladado también a la campaña de colaboración con el Banco de Alimentos a través de la organización FoodRation4All y de su proyecto ‘Nadie sin su ración diaria’.