El Sevilla se quedó con la miel en los labios este miércoles al caer en la final de la Supercopa de Europa contra el Manchester City en la tanda de penaltis (1-1, 5-4), con el balón que mandó Nemanja Gudelj al larguero en el quinto lanzamiento.
El título en juego en el Georgios Karaiskakis de Atenas llegó a los penaltis después de un 1-1 intenso, con intercambio de dominio y el equipo español superior incluso pero incapaz de sentenciar. El Sevilla se adelantó con un espectacular cabezazo de Youssef En-Nesyri en el minuto 25, pero el marroquí perdonó muy buenas ocasiones en un inicio de segunda parte totalmente del Sevilla.
Cole Palmer empató en el 63′ y el City tuvo las últimas llegadas antes de que la final, sin prórroga, llegara a los lanzamientos. Todos fueron golpeos perfectos hasta el 4-4. Entonces, Bono, que suena como futuro portero del Al-Hilal, tocó sin parar el de Walker y, en el siguiente, Gudelj falló permitiendo al City conquistar por primera vez en su historia la Supercopa de Europa.
Además del golazo de En-Nesyri, el Sevilla dejó una buena primera mitad en actitud y sacrificio, con un arranque fuerte para impedir o al menos retrasar el dominio del City. El cuadro español apretó en la presión y logró los primeros acercamientos, aunque la gran ocasión inicial se la apuntó el cuadro inglés.
Una vez superada esa subida de líneas del rival, el campeón de ‘Champions’ generó su fútbol, sin excesivo ritmo, y cerca del minuto 10, Aké remató a bocajarro pero repelió Bono como pudo. Con todo, los de Guardiola encontraron muy poco a Haaland y Foden, siendo el joven Palmer quien parecía intentar más el desborde o desmarque.
Los de Mánchester, sin el cerebro Kevin De Bruyne o Bernardo Silva, estuvieron espesos ante un Sevilla con las ideas claras, como demostró también en el gol. De un despeje de Bono, el equipo de Mendilibar buscó la banda de Acuña y el centro del argentino lo hizo bueno un En-Nesyri que voló para rematar incluso picado al poste.
Ni Aké, ni un Gvardiol que colocó Guardiola en la banda izquierda pudieron evitar el golazo del marroquí en el 25′. Lamela tuvo otra más para los de Nervión antes de que el equipo inglés recuperara el control del balón. No le importó al Sevilla, ya con la renta y una buena defensa en estático que no supo percutir el City.
EL SEVILLA PERDONA Y LOS PENALTIS DECIDEN
Llegando al descanso, a base de empujar al rival, los celestes rondaron el gol, sin un remate claro, con los balones de Grealish. Sin embargo, el inicio del segundo tiempo y hasta el minuto 63 que llegó el empate de Palmer, el partido fue del Sevilla. Los de Guardiola tuvieron un ataque muy pobre, pese a los intentos del técnico catalán de reconstruir su juego en el centro.
Sin ni siquiera terminar la jugada, el equipo inglés cayó en la red de los de Mendilibar, que montaron contras de quilates. Con todo, el siete veces campeón de la Liga Europa perdonó en buenas llegadas, por un último pase o la definición ante Ederson. En-Nesyri falló la más clara, y otro mano a mano ya con el 1-1, un empate casi de la nada: centro de Rodri y cabezazo de Palmer.
El canterano fue el mejor de los suyos, con otra buena labor de los andaluces haciendo pasar desapercibo a Haaland. El Sevilla tuvo su reacción a 10 minutos del final, con una sucesión de centros que no encontró rematador con los penaltis ya asomando. En la tanda, no hubo fallos, ni milagro de un Bono experto, hasta un larguero de Gudelj que alargó el gafe del Sevilla en una Supercopa que ganó en 2006 y perdió en las seis otras finales que jugó.