Agentes de la Policía Nacional que estuvieron presentes en la autopsia del torso de Heidi Paz, hallado en una maleta calcinada en una nave de Usera propiedad de César Román, han declarado en el juicio que tenía seccionadas las extremidades y el pecho, presentando dos cortes de 15 y 2,5 centímetros a la altura del ombligo.
En la sexta sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid contra el ‘Rey del Cachopo’ han comparecido los agentes que realizaron la inspección ocular en la nave situada en el número 3 de la calle Sebastián Gómez, donde recogieron vestigios y huellas en varios objetos, entre ellos dos botes de sosa cáustica.
Una de las incógnitas de la investigación es la causa de la muerte de la joven hondureña de 25 años. El hecho de que el cuerpo estuviera mutilado dificulta a los médicos forenses saber cómo la pudo matar. Los cortes podrían indicar que le pudo asestar puñaladas.
Una agente ha detallado que presenció la primera parte de la autopsia en el Instituto Anatómico Forense en la que se procedió a la apertura de la maleta. En su interior, se pudo contemplar cómo el torso estaba cubierto de una sustancia blanquecina y estaba ya putrefacto. De ahí, que la maleta estuviera cubierta de un líquido de restos de los órganos en descomposición.
Otro policía que presenció la segunda parte de la autopsia ha relatado que el torso tenía las extremidades seccionadas y presentaba dos cortes, de 15 y 2,5 centímetros, al lado del ombligo. También tenía seccionados los senos. «El torso era muy oscuro», ha precisado.
Dos agentes de la Policía Municipal y un bombero han certificado que las ventanas de la nave estaban cerradas en contra de lo que sostiene la defensa para reforzar su teoría de que alguien pudo entrar a la nave alquilada por el acusado y no necesitar llave para acceder. El fiscal mantiene que el homicida tenía un juego de llaves.
El bombero compareciente ha explicado que el fuego era intencionado porque junto a la maleta se localizó un pequeña hoguera con restos de papeles y palés de madera. «El humo salía por la rejilla de arriba porque las ventanas estaban cerradas», ha dicho.
«SÍ, SOY EL QUE BUSCÁIS»
Raquel C. M., la dueña del bar en el que estuvo trabajando el acusado tras huir de Madrid, ha relatado que empezó como cocinero el 11 de agosto bajo la identidad falsa de José Rafael Lujano. Le comentó que había trabajado con Arzak.
La testigo ha narrado que se encargaba de la carne y que sabía deshuesar piezas de ternasco, un plato típico que se consume en Zaragoza.
«Le vi en Ana Rosa. Y estaba segura que era él. Avisé a la Policía. Entraron los agentes y le preguntaron: ¿Es usted César?, y éste les contestó: sí, sí, el que estáis buscando. Él les dijo que si podía coger las cosas y los policías le dijeron si pensaba que eran tontos», ha relatado.