El Walkman de Sony, el reproductor portátil que revolucionó la forma en que se escucha música en todo el mundo fue lanzado hace 45 años.
El 1 de julio de 1979 la compañía nipona lanzaba al mercado el Walkman, un reproductor portátil de casetes que contribuiría a convertirla en una poderosa empresa de electrónica global. En dos meses, Sony había vendido 30 mil Walkman, cifra que escalaría a los 50 millones en diez años.
Décadas después la revolución llegó con Apple, con su reproductor portátil de música digital iPod y su librería iTunes. Sony perdió el liderazgo en la industria, aunque la marca Walkman sigue viva luego de haber sido usada en reproductores portátiles de CD, mini discos, celulares y ahora reproductores portátiles.
Walkman de Sony: ¿Cómo nació?
En definitiva. Mucho cambió desde que el ingeniero de Sony Nobutoshi Kihara hizo a mano los primeros diseños del Walkman.
«En mi época teníamos que dibujar los productos en papel», dijo Kihara a la AFPen una entrevista en 2006 tras su jubilación.
«Cerraba los ojos y me imaginaba nuestros productos. Me imaginaba a personas trotando con un Walkman para ver cómo se movían las bisagras (del aparato) o cómo los productos encajarían en las vidas de los usuarios».
La idea de un aparato así surgió del cofundador de Sony, Masaru Ibuka (1908-1997), quien en sus viajes al extranjero solía escuchar música en reproductores de casetes demasiado pesados como para considerarse portátiles.
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La reacción inicial hacia el Walkman no fue muy entusiasta. Muchos minoristas pensaban que un reproductor de casetes sin un mecanismo para grabar tenía pocas chances de tener éxito. Además tenía un precio inicial de US$ 200 (US$ 865 en 2024).
Eso cambió, y las ventas totales de Walkman alcanzaron los 385 millones en todo el mundo, incluyendo nuevos modelos digitales.
Sony dijo que eligió el nombre «Walkman» en parte por la popularidad de Superman en ese momento y por el hecho de que estaba inspirado en una grabadora de audio que ya existía, llamada «Pressman.»
Inicialmente pensó en bautizar al nuevo aparato «Soundabout» en Estados Unidos y «Stowaway» en el Reino Unido, pero cambió de idea tras escuchar a niños en Europa que le pedían a sus padres un «Walkman».
El nombre pegó, y en 1986 fue incluido en el diccionario inglés de Oxford e incluso está en el diccionario de la Real Academia Española.