La electrificación y renovación de los edificios europeos podría ayudara reducir las importaciones de gas ruso en un 25% en Europa a lo largo de esta década y generar beneficios para la economía, según un nuevo estudio de Cambridge Econometrics.
El informe, difundido este lunes, es el resultado de una investigación de un año sobre los escenarios para reducir el consumo de combustibles fósiles en los hogares europeos en la UE y el Reino Unido, y llega pocos días después de que la Comisión Europea haya presentado un plan para independizar a Europa de los combustibles fósiles rusos antes de 2030 tras la invasión rusa en Ucrania.
El trabajo, encargado por la Fundación Europea para el Clima y gestionado por la Alianza Europea para el Ahorro de Energía, explora varios escenarios para reducir el consumo de combustibles fósiles en los hogares europeos con el fin de alcanzar los objetivos climáticos de la UE.
Según el estudio, Europa puede reducir drásticamente su necesidad de importar gas desde el extranjero con la mejora energética de los edificios, al mismo tiempo que crearía puestos de trabajo adicionales y ello ofrecería beneficios socioeconómicos para los hogares europeos.
“La energía más segura y respetuosa con el clima es la que no usamos. Cada 1% de eficiencia energética supone una reducción del 2,6% en las importaciones de gas. Los hallazgos del estudio muestran, una vez más, que priorizar las renovaciones de eficiencia energética acelera la integración de las energías renovables y ofrece múltiples beneficios, incluida una mayor seguridad energética de Europa, para los ciudadanos, las empresas y el medio ambiente”, comentó Monica Frassoni, presidenta de la Alianza Europea para el Ahorro de Energía.
EFECTOS
Mediante el despliegue de una oleada de renovaciones positivas para el clima y bombas de calor en los hogares, Europa puede ahorrar el equivalente a una cuarta parte de las actuales importaciones de gas ruso de aquí a 2030, lo que reduciría considerablemente su dependencia de los combustibles fósiles.
Como resultado, se prevé que el gasto anual en importaciones de gas disminuya en 15.000 millones de euros en una década y en 43.000 millones de euros en 2050.
El análisis muestra que el cambio a hogares energéticamente eficientes y electrificados también podría aportar otros beneficios económicos de aquí a 2050, como la creación de 1,2 millones de puestos de trabajo adicionales (principales en sectores de la construcción y la energía) y el aumento del PIB europeo en un 1%.
También reduciría las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en un 90% a mediados de este siglo, lo que redundaría en una mejor calidad el aire.
Además, protegerá a los hogares de los altos precios de la energía, ya que el uso de bombas de calor en los hogares energéticamente eficientes podría reducir a la mitad las facturas de energía para 2050 y aumentar la renta disponible de los hogares con menos ingresos.
El informe concluye que la transición a los edificios energéticamente eficientes y a las bombas de calor aportará mayores beneficios que el cambio al hidrógeno verde para la calefacción.