Elon Musk asegura que pasa las noches durmiendo en el sofá del séptimo piso de Twitter, empresa que compró hace 6 meses por 44 mil millones de dólares.
El multimillonario también ha hablado con BBC sobre quién lleva el control de la compañía: su perro Floki.
Único en declaraciones
Musk conversó con la cadena internacional para cerrar algunos temas polémicos que se le atribuye el despido masivo de trabajadores o el cierre de distintos locales de la compañía en el mundo.
Musk defendió muchos de los cambios, incluidos los despidos, que declaró necesarios para mantener a flote la empresa: “No es nada divertido. Es doloroso. La empresa se iba a ir a la quiebra si no reducíamos los costos de inmediato”.
Musk reconoció que la empresa ha experimentado algunos problemas graves bajo su liderazgo, incluido el cierre de un centro de datos de Twitter en diciembre que provocó problemas con los servidores de la empresa: “Fue bastante catastrófico”.
La entrevista del multimillonario con la BBC tuvo lugar en Twitter Spaces, la función de audio en vivo de la compañía. Musk se inquietó cuando el entrevistador preguntó sobre el aumento de la desinformación y el discurso de odio en el sitio, y señaló que el periodista no pudo citar un ejemplo específico del fenómeno.
Y empezaron las bromas
Mientras avanzaba la entrevista, el tono de Elon Musk volvió a un clásico suyo: las bromas.
“Me retiré”, dijo. “Te sigo diciendo que no soy el CEO de Twitter. Mi perro es el CEO de Twitter. Dije que nombraría un nuevo director ejecutivo, y lo hice, y es mi perro”.
“¿Me he disparado en el pie con tuits varias veces? Sí”, prosiguió. “Necesito zapatos a prueba de balas en este momento”.
Finalmente, respondió a todos sus críticos que aseguraban que Twitter iba a desaparecer bajo su mandato.
“Muchos han predicho que Twitter dejará de funcionar”, dijo Musk. “Sus predicciones no se han hecho realidad. Estamos literalmente en Twitter ahora”.
