¿En qué consiste el método Bibō?

Remitido

El método Bibō es una técnica de belleza que se basa en el llamado yoga facial. Este tratamiento persigue combatir la flacidez y otros signos del envejecimiento mediante ejercicios de tonificación y estimulación de los músculos faciales y del cuello. El resultado es una piel con mayor elasticidad y firmeza.

La fundadora de esta técnica es Raquel Rodríguez, una especialista en maquillaje profesional y efectos especiales de Barcelona con más de 25 años de experiencia. La experta sostiene que este método responde a una de las mayores preocupaciones que expresan las clientas que acuden a su salón de belleza.

Un tratamiento integral para transformar los rostros

Raquel Rodríguez explica que el yoga facial que aplica con el método Bibō es un proceso integral que, además de ejercicios, contempla otras intervenciones.

Su aplicación se compone de 3 fases. La primera de ellas es el calentamiento, que tiene como objetivo preparar la piel para la ejecución de los ejercicios. La segunda son los ejercicios en sí, que implican una rutina personalizada para atender los requerimientos de cada paciente. Las arrugas tienen su origen en la contractura recurrente de los músculos de la cara y cuello. Esta, a su vez, se relaciona con hábitos expresivos y el estilo de vida del individuo. En consecuencia, los ejercicios se diseñan para romper con esos hábitos expresivos y esas contracturas recurrentes.

La última de las fases es la relajación, con la que se busca consolidar los resultados obtenidos con los ejercicios y prolongar sus efectos benéficos.

Como complemento, se realizan sesiones de meditación y se trabaja la psicología del paciente, vinculada con la autopercepción. Rodríguez afirmó que todo esto está recogido en un libro titulado No me gusta mi cara, que se publicará próximamente.

Beneficios del yoga facial

Los resultados positivos del yoga facial del método Bibō se deben a la manera en como trabaja. La especialista explica que al masajear los músculos del rostro se estimula la irrigación de sangre en los tejidos y los fibroblastos. Ese proceso permite que asimilen mejor los nutrientes y el oxígeno, lo que favorece la regeneración celular.

El estímulo de la regeneración celular promueve la producción natural de colágeno, acelera el drenaje y la eliminación de toxinas. El resultado es que el paciente, en poco tiempo, obtendrá una piel mucho más tonificada, tersa y con un aspecto más juvenil. Las arrugas se atenúan y la expresión de la persona se vuelve mucho más relajada.

Otros dos beneficios colaterales es que el yoga facial mejora notablemente los efectos de otros tratamientos cosméticos. Raquel Rodríguez explica que una piel oxigenada es mucho más receptiva a cualquier principio activo como las vitaminas o el ácido hialurónico. Finalmente, es una técnica de belleza recomendable para todo tipo de paciente, pues es completamente natural, no es invasiva y no implica el uso de químicos. Por esta razón no tiene contraindicaciones.

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